Resumen del discurso:
En 1978, cuando el élder Nielsen participó en su primer juego como ‘quarterback’ titular en la Liga Nacional de Fútbol Americano, se preguntó si debía estar allí. Después de recibir un duro golpe, tuvo que decidir si cedería a las dudas o si encontraría el valor para volver a intentarlo. “Necesitaba aprender que podía ser fuerte y valiente frente a situaciones difíciles”.
Es posible que las personas no se sientan a la altura de sus desafíos. “Pero nuestro Padre Celestial nos ve como intrépidos constructores de Su reino. Por eso nos envió aquí durante este tiempo tan decisivo en la historia del mundo. ¡Este es nuestro tiempo!”
Los miembros de la Iglesia son llamados como representantes del Señor a hacer cosas que cambian vidas. “Él no nos abandonará. ¡Este es nuestro tiempo!”
Nuestro Padre Celestial desea que las personas se amen a sí mismas — no que sean egocéntricas ni orgullosas, sino que “nos veamos como Él nos ve”.
A medida que cada individuo se ve a sí mismo con respeto, sus corazones están abiertos a tratar a los demás de manera similar. “Cuanto más reconocemos nuestro valor divino, mejor entendemos esta verdad divina: que Dios nos ha enviado aquí, ahora mismo, en este tiempo trascendental de la historia, para que podamos hacer el mayor bien posible con los talentos y dones que tenemos. ¡Este es nuestro tiempo!”