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El Departamento Misional alienta a los misioneros a vacunarse; los que decidan no hacerlo servirán en sus países de origen

El enfermero Seth Christensen llena una jeringa con la vacuna Pfizer-BioNTech COVID-19 en el Centro de Exposiciones Mountain America en Sandy, Utah, el jueves, 11 de febrero de 2021. Crédito: Laura Seitz, Deseret News
Placa misional con el nombre del élder Brad Gil González Pascual se ve en sus escrituras en el Centro de Capacitación Misional de México de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el domingo, 26 de enero de 2020. Crédito: Ravell Call, Deseret News
El presidente Russell M. Nelson, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, recibió la primera dosis de la vacuna COVID-19, el martes, 19 de enero de 2021 por la mañana. Crédito: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Latter-day Saint Charities ha apoyado iniciativas mundiales de inmunización dirigidas por UNICEF y la OMS. Esta mujer recibe una vacuna en Chad. Crédito: UNICEF

El Departamento Misional de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días está alentando a los misioneros y futuros misioneros a “protegerse a sí mismos y a los demás vacunándose”. Los misioneros que decidan no vacunarse serán asignados a servir en sus países de origen.

Los líderes de la Iglesia en los Estados Unidos recibieron la pauta reciente de vacunación en una carta del Departamento Misional, el 23 de abril.

Según la carta, a medida que las vacunas estén más disponibles en otros países, se les pedirá a los misioneros y futuros misioneros fuera de los Estados Unidos que se vacunen antes de salir de sus países de origen.

La carta del Departamento Misional también hace referencia a la declaración del 19 de enero de la Primera Presidencia: “Las personas son responsables de tomar sus propias decisiones sobre la vacunación”.

“Con palabras y hechos, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha apoyado las vacunas durante generaciones”, escribieron los líderes en el comunicado.

Instrucciones para misioneros jóvenes, y misioneros mayores

La carta del 23 de abril detalló instrucciones específicas para misioneros jóvenes y misioneros mayores.

Placa misional con el nombre del élder Brad Gil González Pascual se ve en sus escrituras en el Centro de Capacitación Misional de México de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el domingo, 26 de enero de 2020.
Placa misional con el nombre del élder Brad Gil González Pascual se ve en sus escrituras en el Centro de Capacitación Misional de México de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el domingo, 26 de enero de 2020. | Crédito: Ravell Call, Deseret News
  • Para los misioneros que sirven actualmente, los coordinadores médicos de la misión están supervisando la disponibilidad de la vacuna COVID-19 en sus respectivas misiones y —bajo la dirección de los líderes de la misión— están informando a los misioneros cuándo pueden recibirla.
  • Los misioneros jóvenes en los Estados Unidos que viajarán a una misión fuera de su país de origen el 1 de agosto de 2021 o después, deben vacunarse antes de viajar.
  • Los misioneros mayores pueden viajar a sus misiones asignadas —cuando la visa y las condiciones de viaje lo permitan— después de haber sido vacunados.
  • Los misioneros que hayan comenzado a vacunarse contra el COVID-19 deben completar la serie antes de viajar.

Los misioneros que decidan no recibir las vacunas requeridas, que ahora incluirá la vacuna COVID-19, serán asignados a una misión en su país de origen de acuerdo con las políticas existentes de la Iglesia”, dice la carta. “A medida que la vacuna COVID-19 esté más disponible en otros países, se les pedirá a estos misioneros que se vacunen antes de salir de su país de origen”.

Manual General, declaraciones de la Primera Presidencia

En la última actualización del Manual General el mes pasado, la Iglesia incluyó una declaración sobre las vacunas entre varias actualizaciones de políticas nuevas.

Una nueva sección sobre vacunas (38.7.13) reafirma la dirección que la Primera Presidencia ha dado constantemente desde al menos 1978: “Las vacunas administradas por profesionales médicos competentes protegen la salud y preservan la vida. Se alienta a los miembros de la Iglesia a protegerse a sí mismos, a sus hijos y a sus comunidades por medio de la inmunización”.

A principios de este año, coincidiendo con ocho líderes de la Iglesia que recibieron la primera dosis de la vacuna COVID-19 el 19 de enero, la Primera Presidencia emitió una declaración sobre las vacunas.

“Como componente destacado de nuestros esfuerzos humanitarios, la Iglesia ha financiado, distribuido y administrado vacunas que han salvado vidas en todo el mundo. Las vacunas han ayudado a frenar o eliminar enfermedades transmisibles devastadoras como la poliomielitis, la difteria, el tétanos, la viruela y el sarampión. Las vacunas administradas por profesionales médicos competentes protegen la salud y preservan la vida”.

La Primera Presidencia también instó a los miembros de la Iglesia, a medida que se presenten las oportunidades apropiadas, a “ser buenos ciudadanos del mundo y ayudar a sofocar la pandemia protegiéndose a sí mismos y a otros mediante la inmunización”.

Las personas son responsables de tomar sus propias decisiones sobre la vacunación, escribieron en el comunicado. “Al tomar esa determinación, recomendamos que, cuando sea posible, se asesoren con un profesional médico competente sobre sus circunstancias y necesidades personales”.

El presidente Russell M. Nelson, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, recibió la primera dosis de la vacuna COVID-19, el martes, 19 de enero de 2021 por la mañana.
El presidente Russell M. Nelson, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, recibió la primera dosis de la vacuna COVID-19, el martes, 19 de enero de 2021 por la mañana. | Crédito: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Todos los miembros de la Primera Presidencia y cinco miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles recibieron la primera dosis de la vacuna del COVID-19 el martes por la mañana. Los ocho líderes y la mayoría de sus cónyuges —que calificaron en Utah para la vacuna porque tienen más de 70 años de edad— siguieron a los trabajadores de la salud, socorristas y otros recipientes de alta prioridad que recibieron la vacuna en las últimas semanas.

“A medida que esta pandemia se extendió por todo el mundo, la Iglesia canceló inmediatamente reuniones, cerró templos y restringió otras actividades debido a nuestro deseo de ser buenos ciudadanos del mundo y hacer nuestra parte para combatir la pandemia”, escribió la Primera Presidencia en el comunicado.

“Ahora, se están desarrollando vacunas de COVID-19 por las que muchos han trabajado, orado y ayunado, y se están proporcionando algunas. Según las pautas emitidas por los funcionarios de la salud local, las vacunas se ofrecieron primero a los trabajadores de la salud, socorristas y otros recipientes de alta prioridad. Debido a su edad, los líderes de la Iglesia mayores de 70 años ahora agradecen la oportunidad de vacunarse”.

Declaración personal del presidente Nelson

Después de recibir la vacuna, el presidente Russell M. Nelson emitió una declaración personal sobre la vacunación en sus cuentas de redes sociales.

“Con la aprobación de nuestro médico, mi esposa Wendy y yo fuimos vacunados hoy contra el COVID-19”, escribió el líder de 96 años. “Estamos muy agradecidos. Esta fue la primera semana que cualquiera de nosotros fue elegible para recibir la vacuna. Estamos agradecidos por los innumerables médicos, científicos, investigadores, fabricantes, líderes gubernamentales y otros que han realizado el arduo trabajo necesario para que esta vacuna esté disponible. Hemos orado a menudo por esta bendición literal del cielo”.

“Como ex cirujano e investigador médico, sé algo del esfuerzo necesario para lograr una hazaña tan notable. Producir una vacuna segura y eficaz en menos de un año es un milagro. Yo era un cirujano joven cuando, en 1953, el Dr. Jonas Salk anunció que había desarrollado una vacuna contra la enfermedad cruel y paralizante del polio. Luego vi el impacto dramático que tuvo la vacuna en la erradicación de la poliomielitis, ya que la mayoría de las personas en todo el mundo fueron vacunadas”.

“Durante generaciones, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha donado recursos considerables para poner las vacunas a disposición de las personas en los países en desarrollo. Las vacunas han ayudado a eliminar enfermedades como la difteria y la viruela. Mis experiencias profesionales y eclesiásticas me convencen de que las vacunas administradas por profesionales médicos competentes protegen la salud y preservan la vida”.

“Recibir la vacuna hoy fue parte de nuestros esfuerzos personales para ser buenos ciudadanos del mundo para ayudar a eliminar el COVID-19 del mundo”.

Historial de apoyo

La Iglesia de Jesucristo ha reconocido la importancia de las vacunas y la inmunización durante décadas, según un artículo de la Sala de Prensa. “Instamos a los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a proteger a sus propios hijos mediante la inmunización”, dijo la Primera Presidencia en 1978.

Latter-day Saint Charities ha apoyado iniciativas mundiales de inmunización dirigidas por UNICEF y la OMS. Esta mujer recibe una vacuna en Chad.
Latter-day Saint Charities ha apoyado iniciativas mundiales de inmunización dirigidas por UNICEF y la OMS. Esta mujer recibe una vacuna en Chad. | Crédito: UNICEF

Desde el 2002, a través de su organización humanitaria Latter-day Saint Charities, la Iglesia ha ayudado a financiar 168 proyectos en 46 países para bendecir a más de 116 millones de personas. Latter-day Saint Charities brinda apoyo monetario a destacados asociados mundiales de inmunización para obtener y entregar vacunas, monitorear enfermedades, responder a brotes, capacitar a los trabajadores de la salud y desarrollar programas de eliminación y erradicación. Los resultados incluyen más niños inmunizados y menos vidas perdidas por sarampión, rubéola, tétano materno y neonatal, poliomielitis, diarrea, neumonía y fiebre amarilla.

Las historias de éxito notable en los últimos tiempos incluyen la eliminación de enfermedades en toda África. En el 2019, Latter-day Saint Charities y socios como UNICEF USA y Kiwanis International ayudaron a eliminar el tétano materno y neonatal en Chad y la República Democrática del Congo. A finales del año pasado, gracias a UNICEF y socios como Latter-day Saint Charities, África erradicó el poliovirus salvaje. Y en respuesta a una epidemia de sarampión en Chad en 2019, UNICEF y sus socios ayudaron a vacunar a 653.535 niños de entre seis meses y nueve años durante un período de una semana.

Y en febrero de este año, Latter-day Saint Charities anunció una donación de US$20 millones para apoyar los esfuerzos de UNICEF en la vacunación contra el COVID-19.

La donación —para ayudar a garantizar un acceso seguro, rápido y equitativo a las vacunas COVID-19 en todo el mundo— convierte a Latter-day Saint Charities en el mayor donante del sector privado hasta la fecha en apoyo a UNICEF Acelerador del acceso a las herramientas contra el COVID-19 y el Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19 llamado COVAX.

Nota: La editora de Church News, Sarah Jane Weaver, contribuyó a este informe.

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