Beth O’Brien está agradecida por su educación en la Universidad Brigham Young.
El jueves, O’Brien se graduó con una maestría en Trabajo Social. Como madre soltera, ahora se incorporará a un consultorio clínico en la misma calle de su casa en Springville, Utah, que le permitirá priorizar su vida con sus hijos y al mismo tiempo mantenerlos económicamente. “Es como si todos mis sueños se hicieran realidad”, dijo a Church News.
O’Brien dijo que no conoce ningún otro programa o entorno que la hubiera apoyado tanto en su situación o que la hubiera preparado para ser empleada en un trabajo significativo. “Me siento muy agradecida”, dijo.
La experiencia de O’Brien es indicativa del cimiento firme creado a partir de una educación en BYU de la que habló el élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles, en su discurso durante la ceremonia de graduación de BYU, el jueves, 22 de abril por la mañana.
En su discurso que fue transmitido desde el Marriott Center en el campus de Provo, Utah, el apóstol alentó repetidamente a los graduados a “construir con gratitud sobre el cimiento firme de BYU”.
Parte de ese esfuerzo es buscar todas las oportunidades para mejorar, explicó el élder Gong. “Por favor, continúen siendo buenos, para que puedan hacer el mayor bien, cualquiera que sea su circunstancia, dondequiera que se encuentren”.
Como ex alumno de BYU, el élder Gong comenzó sus comentarios expresando gratitud por el cimiento firme sobre el que se estableció BYU y por el cimiento firme que BYU ayuda a establecer en la vida de los estudiantes.
Con ese espíritu, ofreció seis felicitaciones a los graduados.
Sus primeras felicitaciones fueron para quienes son los primeros en sus familias en graduarse de la universidad, aproximadamente el 12% de los 6.272 graduados.
“Tres hurras por ustedes y por quienes los aman y alientan mientras se embarcan en un viaje educativo de por vida que bendecirá a generaciones”, dijo. “Estamos orgullosos de que la Universidad Brigham Young se preocupe profundamente por ofrecer oportunidades educativas a personas de todos los orígenes y circunstancias”.
En segundo lugar, hizo un saludo especial al 40% al 60% de los graduados que hicieron del empleo en el campus parte de su educación.
“Se levantaron temprano, se quedaron hasta tarde. Trabajaron duro y lograron mucho. Estamos orgullosos de una universidad que, con gran intencionalidad, ofrece una educación excelente, un valor asequible reconocido y oportunidades significativas de empleo en el campus, para que nuestros graduados de BYU puedan lograr una excelente educación con una de las tasas de deuda estudiantil más bajas de nuestro país”, dijo el élder Gong.
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Su tercera felicitación fue para los graduados que han sido parte de múltiples prácticas de alto impacto (HIP). “Probablemente no sabían lo ‘impactantes’ que son”, bromeó el élder Gong.
De acuerdo con los criterios educativos nacionales, el 76% de los graduados de BYU han participado en dos o más prácticas de alto impacto, como investigación con el profesorado, pasantías o experiencia de campo, o han tenido la oportunidad de estudiar en el extranjero.
“Este es un tributo a ustedes por haber aprovechado al máximo su tiempo en BYU”, dijo el élder Gong.
En cuarto lugar, el élder Gong felicitó a los graduados que persiguen sus sueños educativos y profesionales.
Señaló que después de las universidades de Harvard y Stanford, BYU tiene el porcentaje más alto de estudiantes que asisten después de ser aceptados. “Vinieron a BYU porque querían. Y ahora están bien preparados para salir a servir en el hogar y la comunidad, en mayor escolaridad y capacidades profesionales y laborales”.
A los graduados que son Santos de los Últimos Días, les pidió que se pongan en contacto con su próximo obispo o presidente de rama y que se ofrezcan a servir. “Siempre es oportuno retribuir y devolver el favor, a ustedes mismos, y a aquellos que esperan algo más de un graduado de BYU, en liderazgo, servicio y ejemplo del Evangelio”, dijo.
“Rogamos para que realmente salgan fortalecidos espiritualmente, engrandecidos intelectualmente, comprometidos con el aprendizaje como individuos de carácter y el servicio de por vida. Por favor, construyan con gratitud sobre el cimiento firme de BYU”.
En quinto lugar, el élder Gong felicitó a los graduados que rieron, lloraron y crecieron sirviendo en grupos de noche de hogar y en barrios y estacas. “Espero que recuerden con cariño y aprecio este elemento especial de su educación en BYU”.
Por último, el élder Gong expresó su gratitud a cada estudiante, profesor y miembro del personal que “está construyendo sobre el firme cimiento de virtudes, valores y principios de BYU, mientras aprenden apropiadamente cuándo y cómo adaptarse en tiempos cambiantes y desafiantes”.
Los graduados tienen muchas experiencias y logros en BYU, por los cuales estar orgullosos, “mucho de que enorgullecerse ahora, como graduados de la Universidad Brigham Young”, dijo el élder Gong.
En conclusión, testificó que “el cimiento firme por el que estoy más agradecido es el evangelio restaurado de Jesucristo y —llamado por Su nombre— La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, cuyos miembros en toda la tierra están orgullosos de la Universidad Brigham Young y sus graduados, incluyendo a ustedes, la clase de graduados de 2021”.
Súper graduados
El presidente de BYU, Kevin J. Worthen, calificó a la clase de 2021 como “súper graduados” por ser “resilientes, resistentes y muy adaptables” a lo largo del último año de la pandemia.
Sin embargo, el título conlleva una triple responsabilidad, continuó.
En primer lugar, “les pido que hagan una lista de las experiencias que han tenido el año pasado que han aumentado su capacidad para enfrentar los desafíos de su vida”, dijo el presidente Worthen.
En segundo lugar, “si quieren ser un verdadero súper graduado, deben buscar formas en las que puedan usar las habilidades, los talentos y el conocimiento que han adquirido y perfeccionado aquí para beneficiar a otros y mejorar el mundo”, dijo.
Por último, los auténticos súper graduados reconocen que “la verdadera fuerza, resiliencia, resistencia, adaptabilidad y cualquier otro buen don proviene de Dios, y que nuestra capacidad para desarrollar y utilizar esos dones aumenta a medida que seguimos el ejemplo de Su Hijo Jesucristo. A medida que miramos hacia Cristo en cada pensamiento encontraremos la fuerza y la inspiración para llegar a ser verdaderamente súper”, dijo el presidente Worthen.
El pianista de jazz y renombrado compositor Marcus Roberts fue galardonado con un doctorado honoris causa de la universidad. Roberts perdió la vista a los 5 años y sirve a la comunidad de ciegos, recibió el Premio Helen Keller al Logro Personal de la Fundación Americana para Ciegos y recientemente se desempeñó como director artístico de la gala del centenario de la fundación, titulada el Arte de la Inclusión.
En sus comentarios pregrabados, Roberts señaló: “A menudo, cuando vemos a una persona que no se parece a nosotros, nos enfocamos en esas diferencias. … Como resultado, nunca llegamos a conocerlos, ni valoramos sus luchas en la vida”.
Pero no tiene por qué ser así, afirmó Roberts. “Necesitamos tomarnos el tiempo para ver realmente a cada persona, a cada ser humano individualmente, especialmente a aquellos que no se ven ni actúan como nosotros”.
“Porque si nos aferramos y construimos sobre ese pequeño hilo que nos une, nuestros lazos se harán más fuertes. Se desarrollará un mayor sentido de comunión y confianza entre nosotros”, dijo Roberts.
BYU confirmó 6.272 títulos durante la graduación de abril — 5.423 títulos de licenciatura, 702 maestrías y 147 doctorados.