Al mirar las pantallas llenas con rostros de jóvenes adultos de toda América del Norte, el presidente M. Russell Ballard dijo que las imágenes lo llenaron de confianza para el futuro, y prometió que incluso en tiempos oscuros, hay esperanza y luz.
“Que el Señor los bendiga, mis amados jóvenes, al darse cuenta ahora de lo importante que son para el futuro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, dijo. “No subestimen lo que el Señor tiene preparado para ustedes”.
El presidente Ballard, presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, pidió a los jóvenes adultos que defendieran, edificaran y fortalecieran la Iglesia. “Tenemos una gran confianza en el futuro de la Iglesia porque los tenemos a ustedes”, dijo.
El devocional del 7 de marzo, que se originó en la sede de la Iglesia y llegó a 300.000, fue uno de los seis eventos transmitidos este mes por líderes de alto rango de la Iglesia a los jóvenes adultos Santos de los Últimos Días en todo el mundo. Junto al presidente Ballard para el devocional estaban el élder Brent H. Nielson, de la Presidencia de los Setenta, y la hermana Sharon Eubank, primera consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro.
Cada líder enfocó sus comentarios en el poder de la luz en un mundo cada vez más oscuro.
El presidente Ballard recordó haber servido como misionero en las Islas Británicas hace unos 73 años y haber hablado ante la Nottingham Debate Society. Se desempeñaba como presidente del distrito de Nottingham, con la responsabilidad de 30 misioneros y siete ramas de la Iglesia, cuando se le pidió que hablara en defensa de la Iglesia.
“En esa ocasión, tuve mi primera experiencia real con el poder del Espíritu Santo”, recordó. “A menudo había pensado en ello y había leído sobre ello. Y en esa ocasión, lo experimenté”.
El presidente Ballard recordó que tenía las respuestas en mente antes de que los críticos terminaran de hacer su pregunta. Incluso tenía la capacidad de buscar por las Escrituras con una facilidad que se sentía como si “alguien más estuviera pasando las páginas”.
“Mientras defendía La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, defendía al profeta José, defendía el Libro de Mormón y estaba haciendo un buen trabajo porque el poder del Espíritu Santo estaba conmigo”.
Él tenía un Libro de Mormón en la mano y prometió que todos los que leyeran el texto sagrado podrían conocer por sí mismos las verdades que proclamaba.
El presidente Ballard le dijo a los jóvenes adultos que no es necesario que prediquen ante la Nottingham Debate Society para estar anclados a las Escrituras.
“Necesitan decir sus oraciones todos los días”, dijo. “Comiencen el día con sus oraciones y terminen el día con sus oraciones y hablen con el Señor según sea necesario, sin importar lo que puedan enfrentar durante el día. Y tendrán el mismo tipo de experiencia que yo tuve”.
Invitó a la congregación virtual a prepararse ahora para las oportunidades que el Señor tiene reservadas para cada uno de ellos. “Habrán hecho lo que deben hacer para conocer los fundamentos básicos del Evangelio, y sabrán cómo defenderlo y enseñarlo y cómo inspirar, elevar y bendecir la vida de los demás”.
Enfrentando las tormentas
La hermana Eubank, es la mayor de siete hermanos, recordó unas vacaciones familiares que tomó a los 21 años mientras se preparaba para una misión. Su padre alquiló una casa flotante en el Lago Powell al sur de Utah. El barco era más pequeño de lo que esperaban y toda la familia dormía todas las noches bajo las estrellas en el cielo.
En la quinta noche, los niños Eubank se despertaron por un fuerte viento y lluvia. El padre de la hermana Eubank, un meteorólogo, extendió una gran lona sobre sus hijos y ella pasó la siguiente hora sujetando una esquina.
En medio de las lágrimas de la familia y la tormenta, su padre cantó muy fuerte las palabras del himno “Paz, cálmense”.
Finalmente, el viento y la lluvia cesaron, salió el sol y la familia se secó — y la tormenta se convirtió en una metáfora de todos los que han hecho convenios con Dios, dijo ella.
“Cuando oscurece, hace ruido y hay tormenta, nuestro trabajo es encontrar una lona y extenderla sobre la gente, sujetarla y cantar acerca de la paz”, dijo la hermana Eubank. “Y en muchos sentidos, he pasado por tormentas mucho peores que esa en mi vida”.
Luego habló de un tiempo bíblico que refleja la luz y la paz. Registrado en Juan 8, Jesús asistió a la “Fiesta de los Tabernáculos”. Como parte de la fiesta, se llenaron de aceite candelabros de 23 metros de alto y se encendieron —esparciendo luz por la antigua Jerusalén. Cuando terminó la celebración, una mujer sorprendida en adulterio fue llevada al Salvador— quien declaró: “Yo soy la luz del mundo”.
“El contexto de esa escritura es muy significativo para mí. Porque hay muchas ocasiones en nuestras vidas en las que nos sentimos decepcionados. Nos sentimos tristes. Acabamos de presenciar una escena de juicio y persecución de alguien que pecó y no hubo mucha misericordia, y nos desanimamos. Y Jesús dice, ‘Yo soy la luz del mundo. Soy la luz que debes sostener. Soy la luz que está en el sol. Soy una luz que no se puede apagar’. Las escrituras mencionan la luz 487 veces; es la metáfora de Jesucristo”.
La luz llega a los hijos de Dios debido a su aceptación de Jesucristo, dijo.
En busca de la luz
El élder Nielson comenzó sus comentarios recordando un día de diciembre en el que buscaba “música de meditación” en su teléfono inteligente. A las pocas horas, se dio cuenta de que todas sus plataformas —las redes sociales y sus noticias— le ofrecían anuncios para la meditación. “De repente me bombardearon con la meditación”, dijo.
Se dio cuenta de que los algoritmos informáticos le estaban enviando más de las cosas que había estado buscando en el pasado. Le tomó semanas anular las suscripciones de algunos de los mensajes que llegaban a su teléfono.
“Esto les pasa a ustedes y a mí todo el tiempo”, dijo. “Esos algoritmos informáticos comienzan a enviarles cada vez más cosas de lo que buscan”.
Aquellos que buscan la luz reciben más luz, explicó. “Y a veces, si no estamos buscamos la luz, si no estamos buscamos la esperanza, si no estamos buscamos la felicidad, podemos meternos en una burbuja que es oscura”.
Les dijo a los jóvenes adultos que buscaran intencionalmente cosas que “traerán luz a nuestra vida y esperanza a nuestra vida”.
Citando Doctrina y Convenios 50:24, el élder Nielson dijo que lo que no edifica no es de Dios y es oscuridad. En Moroni 7:15, Moroni enseña que la manera de juzgar es tan sencilla “como la luz del día lo es de la oscuridad de la noche”.
“No creo que haya habido una generación que haya sido bombardeada con todo tipo de cosas —ya sea meditación o lo que sea que estén buscando— por lo que necesitamos convertirnos en agentes, no en objetos, que decidan qué es lo que queremos ver”.
Un día a la vez
Haciendo referencia a un discurso de la conferencia del élder Joseph B. Wirthlin, el élder Nielson habló sobre los últimos días del Salvador. El terrible viernes en que el Señor fue levantado en la cruz, la tierra se estremeció y se oscureció, dijo. De todos los días de la historia del mundo, ese viernes fue el más oscuro.
Pero el domingo, el Señor resucitado apareció y la luz volvió a llenar la Tierra. De todos los días de la historia del mundo, ese domingo fue el más brillante. “Hay esperanza, sonriendo alegremente ante nosotros debido al Salvador y Su evangelio”, dijo el élder Nielson.
El presidente Ballard les dijo a los jóvenes adultos que el servicio es lo único que siempre trae luz a su vida. Justo antes del devocional, el presidente Ballard se enteró de que la esposa de su primo había recibido un diagnóstico de cáncer. Después del devocional planeaba llamarla. Ese acto, dijo, sería “lo más importante” que hizo en todo el día — incluso más importante que el devocional.
Mientras la reunión continuaba y los líderes respondían preguntas de la congregación, el élder Nielson compartió un dulce mensaje de un joven adulto. “Solo quería decir que estoy agradecido por los comentarios del presidente Ballard sobre lo más importante que hará hoy”, escribió el joven. “Acabo de recibir un diagnóstico de cáncer esta semana. Y por alguna razón, eso realmente me consoló”.
El presidente Ballard prometió al comentarista y a todos los jóvenes adultos que el Señor los ayudaría a superar cualquier desafío que se les presente.
“Veo cada día como un desafío nuevo, una oportunidad nueva para hacer algo que valga la pena. Creo que simplemente se enfocan en sus mentes para hacer lo mejor que puedan. El Señor no espera que sean sobrehumanos, Superman, Superwoman. Solo quiere que sean buenos. Quiere que sean amables el uno con el otro”.
Las personas más felices son las que toman la vida día a día, dijo el presidente Ballard, prometiendo a los jóvenes que este es un momento de preparación. “Busquen algo todos los días que les enseñe algo que los harán mejores para el mañana”, dijo.
Para concluir, le pidió a la congregación que amaran el evangelio. “Me encanta ser miembro de la Iglesia. Amen al Señor Jesucristo con todo su corazón. Miren al cielo en busca de guía. Confíen en la inspiración del Espíritu”.
