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La hermana Cristina B. Franco anima a los estudiantes de BYU-Idaho a ‘ser de buen ánimo’ a pesar de este ‘mundo loco’

La hermana Cristina B. Franco, segunda consejera de la presidencia general de la Primaria, habla a los estudiantes de BYU-Idaho durante el devocional semanal del campus el martes, 9 de marzo de 2021. Crédito: Captura de pantalla deui.edu
La hermana Cristina B. Franco, segunda consejera de la presidencia general de la Primaria, habla a los estudiantes de BYU-Idaho durante el devocional semanal del campus el martes, 9 de marzo de 2021. Crédito: Captura de pantalla deui.edu
El sol sale en el campus de BYU-Idaho y el Templo de Rexburg, Idaho en Rexburg el lunes, 23 de septiembre de 2019. Crédito: Jeffrey D. Allred, Deseret News
La hermana Cristina B. Franco, segunda consejera de la presidencia general de la Primaria, habla a los estudiantes de BYU-Idaho durante el devocional semanal del campus el martes, 9 de marzo de 2021. Crédito: Captura de pantalla deui.edu

A pesar de vivir en un “mundo loco” lleno de incertidumbre, guerras, rumores de guerras, crimen, terrorismo, tragedias, desastres naturales y decepciones, la hermana Cristina B. Franco invitó a los estudiantes de BYU-Idaho a “ser de buen ánimo” y vivir sin miedo.

Hablando en la transmisión del devocional semanal del campus, el martes, 9 de marzo, la líder general de la Primaria les dijo a los estudiantes que se consolaran con la promesa del Señor que se encuentra en Doctrina y Convenios 68: 6, “Sed de buen ánimo, pues, y no temáis, porque yo, el Señor, estoy con vosotros y os ampararé; y testificaréis de mí, sí, Jesucristo, que soy el Hijo del Dios viviente; que fui, que soy y que he de venir”.

Como hablante nativa de español, nacida en Argentina, la hermana Franco dijo que decidió buscar en el diccionario de inglés el tema de su discurso. Aprendió que “ser de buen ánimo es ser feliz. ¡Es así de simple! ¿Verdad?”.

Luego compartió cuatro elementos que la han ayudado a encontrar la felicidad a pesar de las circunstancias externas.

Primero, ‘comprender que tenemos un Padre en el Cielo y un Salvador, que nos aman’.

“No puedo pensar en nada que traiga más gozo y felicidad a nuestras vidas que saber que tenemos un Padre Celestial que nos ama, y nos conoce personalmente, que creó un plan perfecto de salvación, también llamado plan de felicidad, Su Hijo Amado, Jesucristo, es central en Su plan para que podamos volver a vivir con Ellos una vez más”, dijo la hermana Franco.

“No puedo pensar en nada que traiga más gozo y felicidad a nuestras vidas que saber que tenemos un Padre Celestial que nos ama, y nos conoce personalmente, que creó un plan perfecto de salvación, también llamado plan de felicidad, Su Hijo Amado, Jesucristo, es central en Su plan para que podamos volver a vivir con Ellos una vez más”, dijo la hermana Franco.

Las Escrituras dicen que cuando se presentó el plan, los hijos e hijas del Padre Celestial “gritaron de gozo” (Job 38: 7) “¿No es esa una gran razón para ser feliz?”, dijo la hermana Franco.

Segundo, ‘comprender que el Padre Celestial nos dio mandamientos para ayudarnos a ser felices y regresar a Él’.

Haciendo referencia al relato del pueblo en 4 Nefi, la hermana Franco señaló, “Todas las personas se habían convertido al Señor; todos estaban extremadamente felices porque estaban guardando los mandamientos”.

Las escrituras registran que “y no había envidias, ni contiendas, ni tumultos, ni fornicaciones, ni mentiras, ni asesinatos, ni lascivia de ninguna especie; y ciertamente no podía haber un pueblo más dichoso entre todos los que habían sido creados por la mano de Dios”, (4 Nefi 1: 15–16).

La hermana Cristina B. Franco, segunda consejera de la presidencia general de la Primaria, habla a los estudiantes de BYU-Idaho durante el devocional semanal del campus el martes, 9 de marzo de 2021.
La hermana Cristina B. Franco, segunda consejera de la presidencia general de la Primaria, habla a los estudiantes de BYU-Idaho durante el devocional semanal del campus el martes, 9 de marzo de 2021. | Crédito: Captura de pantalla deui.edu

Tercero, ‘comprender la importancia de la gratitud en nuestras vidas’.

La hermana Franco enumeró algunas de las cosas por las que las personas pueden estar agradecidas: “familia, amigos, la bondad de nuestro Padre Celestial al proporcionarnos un Salvador, el privilegio de vivir en la Tierra cuando se ha restaurado la plenitud del Evangelio, la bendición de hacer convenios y guardarlos, y la oportunidad de participar de la Santa Cena todos los domingos”, dijo.

Cuando la hermana Franco y su esposo se desempeñaban como presidente y compañera de la Misión Argentina Resistencia, su esposo envió misioneros a revisar un área que había estado cerrada por más de siete años. Los misioneros se sorprendieron al encontrar un grupo de 120 a 125 personas, que se había estado reuniendo todos los domingos. No tenían la autoridad para bendecir y repartir la Santa Cena, por lo que se reunieron debajo de un árbol para leer el Libro de Mormón y la Biblia.

Como presidente de misión, su esposo pronto organizó el grupo para tener los servicios sacramentales y les proporcionó himnarios, copias del Libro de Mormón y otros libros.

“Su alegría no se puede describir; lágrimas corrieron por sus rostros durante esa reunión tan sagrada”, recuerda la hermana Franco.

Luego preguntó a los oyentes, “¿No estamos tan agradecidos por la tremenda oportunidad que tenemos cada semana de participar de la Santa Cena y por la bendición de la Expiación infinita del Señor en nuestras vidas?”.

Cuarto, ‘comprender que el servicio trae alegría a nuestras vidas’.

El Salvador es el ejemplo supremo de servicio, dijo la hermana Franco y citó al presidente Henry B. Eyring, quien dijo: “Cuando ofrecemos socorro a alguien, el Salvador siente como si hubiéramos tendido la mano para socorrerlo a Él”.

Las oportunidades de servicio son ilimitadas, continuó. “Las palabras y hechos amables pueden aliviar las cargas y animar los corazones. Compartir el Evangelio y ayudar a nuestros antepasados ​​del otro lado del velo a través de la obra de historia familiar son grandes servicios que brindan gozo no solo a los que lo reciben sino también a nosotros”.

Las pruebas y las luchas vendrán y desaparecerán, dijo, pero a medida que las personas aprendan de esos desafíos, pueden obtener sabiduría y fortaleza de su fe en Jesucristo. “Es muy importante que mantengamos nuestro enfoque en nuestro objetivo final, que sigamos y nos mantengamos en el sendero del convenio que nos lleva de regreso a nuestro Padre Celestial”.

En conclusión, la hermana Franco declaró que el espíritu del Evangelio es optimista. “Ruego que las luchas y las pruebas de la vida no oscurezcan su visión y sus metas para vivir con rectitud para que puedan regresar a nuestro Padre Celestial. Oro para que todos encuentren la felicidad sin importar sus circunstancias”, dijo.

El sol sale en el campus de BYU-Idaho y el Templo de Rexburg, Idaho en Rexburg el lunes, 23 de septiembre de 2019.
El sol sale en el campus de BYU-Idaho y el Templo de Rexburg, Idaho en Rexburg el lunes, 23 de septiembre de 2019. | Crédito: Jeffrey D. Allred, Deseret News
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