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Sarah Jane Weaver: Lo que la construcción de templos en 2020 enseña sobre la esperanza

Los árboles en los terrenos del Templo de Suva, Fiji, fueron dañados por el ciclón Winston, que tocó tierra horas antes de que el presidente Henry B. Eyring rededicara el templo el domingo, 21 de febrero de 2016. Crédito: Sarah Jane Weaver
Templo de Suva, Fiji. Crédito: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Los misioneros de la Misión Fiji Suva, el élder Cullen Carlson de la República de Palau y el élder Zachary Harris de Beaver, Utah, caminan por las calles de Lami Town, Fiji. Crédito: Sarah Jane Weaver, Deseret News
El Templo de Suva, Fiji, visto cuando el ciclón tropical Winston azota la nación insular el sábado, 20 de febrero de 2016. Crédito: Sarah Jane Weaver
Unaisi Liku y Manoa Seavu del pueblo de Nasautoka en Fiji frente a las paredes de su casa, destruida por el ciclón Winston. La pareja y sus cuatro hijos se metieron debajo de la casa para sobrevivir la tormenta. Crédito: Sarah Jane Weaver
El Templo de Suva, Fiji. Crédito: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

En mayo de 2000, rebeldes armados tomaron como rehenes a un grupo de líderes gubernamentales en Fiji.

En los días que siguieron, los negocios en la nación insular del Pacífico fueron saqueados y partes importantes del centro de Suva fueron incendiadas. Los militares declararon ley marcial. Los rebeldes tomaron como rehenes al primer ministro depuesto y a otros miembros del parlamento.

Aún así, el 18 de junio de 2000, apenas unos días antes de su cumpleaños número 90, el presidente Gordon B. Hinckley voló a Fiji en una visita de solo tres horas y media. Se dirigió al templo con lo que otros miembros de su grupo de viaje describirían más tarde como una “valiente disposición”.

El élder Quentin L. Cook, entonces presidente del Área de las Islas del Pacífico que acompañó al presidente Hinckley, calificó la dedicación como —única, desde la del templo original de Nauvoo, que se ha celebrado en circunstancias tan privadas y difíciles— “simple y espiritual”.

El élder Taniela B. Wakolo, Setenta Autoridad General, diría más tarde que los Santos de los Últimos Días en Fiji sintieron inmediatamente la influencia del templo. “Comenzamos a ver bendiciones en la tierra” inmediatamente después de la dedicación, dijo él. Fue “una señal significativa de que Dios ama a Fiji y a toda su gente”.

Como lo hicieron los santos de Fiji en el año 2000, los Santos de los Últimos Días de hoy, en otro tiempo de dificultad, pueden encontrar una gran esperanza en nuestros templos.

En medio de este tiempo desafiante cuando la pandemia del COVID-19 ha limitado los servicios en el templo, la Iglesia comenzó la construcción de 21 templos nuevos. El élder David A. Bednar del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo en una entrevista reciente al Church News que incluso cuando la Iglesia está reabriendo gradualmente los templos, “la construcción de templos no se ha detenido. …

“Obviamente hubo algunas interrupciones en la construcción debido a la pandemia, pero relativamente pocos de los templos están retrasados. Encuentro que eso es milagroso. En todo el mundo, la construcción de templos ha avanzado de manera notable.

“Entonces, sí, ha habido algunos desafíos reales”, concluyó el Elder Bednar, “pero ‘ninguna mano impía puede detener el progreso de este trabajo’”.

El Obispo Presidente Gérald Caussé recientemente compartió un sentimiento similar con el Church News.

“Aunque las puertas de la mayoría de nuestros templos han estado cerradas durante casi un año, la Iglesia está construyendo más templos nuevos que nunca”, escribió. “¡Esta paradoja me llena de gran esperanza y alegría!”

“Como obispado presidente, estamos actualmente dirigiendo 63 proyectos de construcción de templos y 8 proyectos de renovación en todo el mundo. Esto puede resultar abrumador a veces. Nuestros equipos necesitan encontrar sitios adecuados, dibujar planos arquitectónicos, construir templos y luego mantenerlos en buenas condiciones — y esto puede pasar en cualquier parte del mundo, incluso en los lugares más remotos o susceptibles.

“Afortunadamente, en los últimos años la calidad y el ritmo de construcción han mejorado enormemente gracias a equipos experimentados y altamente consagrados (¡son verdaderamente mis héroes!), el uso de planos estándar y técnicas mejoradas de compra y construcción.

“Doy testimonio de que la mano del Señor está guiando cada uno de estos proyectos. Ya sea pequeño o grande, simple o elaborado, cada uno de estos edificios sagrados es ‘la Casa del Señor’ — un lugar de paz y revelación donde podemos acercarnos a Dios y sentir Su presencia”.

El Templo de Suva, Fiji, visto cuando el ciclón tropical Winston azota la nación insular el sábado, 20 de febrero de 2016.
El Templo de Suva, Fiji, visto cuando el ciclón tropical Winston azota la nación insular el sábado, 20 de febrero de 2016. | Crédito: Sarah Jane Weaver

El 21 de febrero de 2016, solo un día antes de la rededicación programada del Templo de Suva, Fiji, el ciclón Winston azotó la nación insular del Pacifico.

La poderosa tormenta de categoría 5 dejó sin electricidad y destruyó pueblos enteros al tocar tierra a lo largo de la costa norte de la isla más grande y poblada de Fiji, Viti Levu.

Los toques de queda del gobierno, los cortes de energía y los árboles caídos en las carreteras impidieron que muchos miembros de la Iglesia de Fiji —quienes no pudieron participar en la primera dedicación debido a los disturbios políticos— participaran en la rededicación del templo.

Sin embargo, como lo hizo el presidente Hinckley años antes, el presidente Henry B. Eyring, entonces primer consejero de la Primera Presidencia, resistió la tormenta con los Santos de los Últimos Días de Fiji con valiente disposición y ofreció una oración de dedicación al templo y a la población de Fiji.

De manera similar, un gran número de miembros en todo el mundo no pudieron participar de las 21 ceremonias de palada inicial de templos realizadas en 2020 durante la pandemia del COVID-19. Sin embargo, con esos eventos y la promesa de un templo, la esperanza se difundió.

El élder Adolf J. Johansson, un Setenta de Área en Fiji, dijo que mientras el ciclón Winston se acercaba a Fiji en el 2016, sintió una “calma pacífica, un sentimiento espiritual de que todo saldría bien y que el sol brillaría” en Fiji. Mientras los fuertes vientos azotaban la nación, “se podía sentir la tensión en el aire”, dijo. Pero los miembros no tenían miedo. “La paz definió toda esta experiencia”.

El élder Johansson dijo que era importante para los Santos de los Últimos Días en el distrito del templo que la rededicación continuara a pesar de la tormenta — al igual que la construcción de templos continúa en todo el mundo ahora, a pesar de la pandemia del COVID-19. “No podemos detener la obra del Señor” dijo el élder Johansson. “No podemos”.

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