Cuando el presidente M. Russell Ballard era un adolescente, “disfrutó de la amistosa guía de un gran asesor del Sacerdocio Aarónico: G. Homer Durham”.
En su biografía “Anxiously Engaged” (Anhelosamente Comprometido, únicamente en inglés), el presidente Ballard recuerda, “Homer llegó a mi vida en un momento muy crítico e importante”. Esto no quiere decir que el presidente Ballard estaba pasando por grandes dificultades. Simplemente estaba lidiando con los altibajos por los cuales pasan todos los adolescentes. El dijo, “Fue un momento de mi vida en el que necesitaba un amigo especial”. Posteriormente el élder Durham fue llamado como Setenta Autoridad General y sirvió en la Presidencia del Primer Cuórum de los Setenta desde 1981 hasta su fallecimiento en 1985.
Todos los jóvenes necesitan encontrar a un amigo especial en sus consejeros de clase y de cuórum. Los asesores desempeñan su papel fundamental al enfocarse en las relaciones, apacentar a los pastores y asumir responsabilidades.
Enfocarse en las relaciones
Los asesores no solamente pueden aprenderse los nombres y mostrar interés en los jóvenes, sino que también pueden ayudar a los jóvenes a establecer relaciones con el obispo y entre sí. Los asesores deben darse cuenta cuando un joven es dejado de lado por sus compañeros y debe buscar el modo de incluir a todos en las lecciones y actividades. La meta principal es conectar a los jóvenes con Dios y Cristo, y esta se alcanza con más facilidad a medida que los jóvenes se conectan con los líderes y amigos a lo largo del proceso.
Apacentar a los pastores
La labor del asesor es el desarrollo del liderazgo. Ayudar a las presidencias de cuórum y de clase mientras estos guían a sus cuórums a vivir el evangelio, cuidar de los necesitados, invitar a otros a recibir el evangelio y unir a las familias para la eternidad. Apoyar a las presidencias jóvenes a celebrar periódicamente — incluso todas las semanas — sus reuniones de presidencia. Estas reuniones no deben ser largas, pero sí habituales. Dé a los jóvenes las habilidades que necesitan para tener éxito utilizando los recursos para las presidencias, como las lecciones de liderazgo que tratan sobre la conducción de las reuniones, el asesoramiento mutuo, la planificación y el ministerio.
Asumir la responsabilidad
Un obispo se sintió frustrado cuando un joven se le acercó unos minutos antes de comenzar la reunión sacramental para informarle que no había pan para el sacramento. El obispo envió a un consejero para remediar el problema de inmediato, pero más tarde reunió a las presidencias de cuórum y a los asesores para abordar un problema mayor: el que la gente no asumiera su responsabilidad.
El obispo dijo, “Es fácil suponer que otros asumirán la responsabilidad cuando no se hacen asignaciones específicas”. Hizo una lista en la pizarra de las tareas que había que completar y puso el pan para el sacramento en la parte superior. Después, dividió las tareas entre los presidentes de cuórum y los asesores. Antes de finalizar la reunión, todos sabían quién era el responsable del próximo campamento nocturno, de la instrucción del cuórum, de asistir a las reuniones de presidencia y traer el pan. Después de eso, las cosas funcionaron con mayor fluidez.
La influencia de un asesor
¿Dónde estaría la Iglesia hoy sin el presidente M. Russell Ballard? ¿Dónde estaría el presidente Ballard sin G. Homer Durham? La influencia del hermano Durham no se sintió solamente en la vida del joven presidente Ballard, sino también en la vida de otros hombres jóvenes cuando más tarde el presidente Ballard fue llamado a servir como un asesor.
“Había treinta y dos jóvenes en el cuórum y muchos de ellos no asistían a los servicios de adoración ni a las actividades de la Iglesia”, dijo el presidente Ballard en su biografía.
El presidente Ballard estaba decidido a tener un cuórum completo, así que abordó el problema de frente. Estableció relaciones, enseñó liderazgo y asumió responsabilidades. Su llamado le tomó tiempo y sus mejores esfuerzos, pero poco después muchos de los jóvenes del barrio estaban activos y se preparaban para servir misiones.
