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Por qué las mujeres de la Iglesia deberían seguir la invitación del presidente Nelson de estudiar acerca del sacerdocio

La hermana Jean Barrus Bingham, presidenta general de la Sociedad de Socorro, lee las escrituras en su oficina en el Edificio de la Sociedad de Socorro en Salt Lake City el miércoles, 19 de febrero de 2020. Crédito: Laura Seitz, Deseret News
La hermana Jean Barrus Bingham, presidenta general de la Sociedad de Socorro (al centro), con sus consejeras: la hermana Sharon Eubank, primera consejera en la presidencia general de la Sociedad de Socorro (izquierda), y la hermana Reyna I. Aburto, segund Crédito: Scott G. Winterton, Deseret News
La hermana Jean Barrus Bingham, presidenta general de la Sociedad de Socorro, participa de una entrevista en su oficina en el Edificio de la Sociedad de Socorro en Salt Lake City el miércoles, 19 de febrero de 2020. Crédito: Laura Seitz, Deseret News
La hermana Jean Barrus Bingham, presidenta general de la Sociedad de Socorro, lee las escrituras en su oficina en el Edificio de la Sociedad de Socorro en Salt Lake City el miércoles, 19 de febrero de 2020. Crédito: Laura Seitz, Deseret News
La hermana Jean Barrus Bingham, presidenta general de la Sociedad de Socorro, lee las escrituras en su oficina en el Edificio de la Sociedad de Socorro en Salt Lake City el miércoles, 19 de febrero de 2020. Crédito: Laura Seitz, Deseret News

Dirigiéndose de forma directa a las mujeres de la Iglesia durante la conferencia general de octubre de 2019, el presidente Russell M. Nelson las invitó a “estudiar con espíritu de oración” y “descubrir lo que el Espíritu Santo les enseñará a ustedes” sobre la restauración del sacerdocio y cómo recurrir a ese poder — el poder de Dios — en su vida.

“Cómo anhelo que comprendan que la restauración del sacerdocio es tan relevante para ustedes como mujeres como lo es para cualquier hombre”, dijo el presidente Nelson. “Toda mujer y todo hombre que hace convenios con Dios y los guarda, y que participa dignamente en las ordenanzas del sacerdocio, tiene acceso directo al poder de Dios. … Les ruego que estudien con espíritu de oración todas las verdades que puedan encontrar sobre el poder del sacerdocio”.

La presidencia general de la Sociedad de Socorro — la presidenta Jean B. Bingham; la hermana Sharon Eubank, primera consejera; y la hermana Reyna Isabel Aburto, segunda consejera — han reiterado esa invitación, alentando a los 7,5 millones de mujeres de la Sociedad de Socorro en todo el mundo a aceptar la invitación del profeta de aprender y comprender lo que el sacerdocio significa para ellas.

La hermana Jean Barrus Bingham, presidenta general de la Sociedad de Socorro (al centro), con sus consejeras: la hermana Sharon Eubank, primera consejera en la presidencia general de la Sociedad de Socorro (izquierda), y la hermana Reyna I. Aburto, segunda consejera en la presidencia general de la Sociedad de Socorro (a la derecha), en Salt Lake City el lunes, 3 de abril de 2017.
La hermana Jean Barrus Bingham, presidenta general de la Sociedad de Socorro (al centro), con sus consejeras: la hermana Sharon Eubank, primera consejera en la presidencia general de la Sociedad de Socorro (izquierda), y la hermana Reyna I. Aburto, segunda consejera en la presidencia general de la Sociedad de Socorro (a la derecha), en Salt Lake City el lunes, 3 de abril de 2017. | Crédito: Scott G. Winterton, Deseret News

En una entrevista reciente con Church News, la presidenta Bingham explicó que la invitación del presidente Nelson ayudará a las mujeres de la Iglesia a enfocarse en lo que es más importante para ellas y para la Sociedad de Socorro hoy en día. 

“Uno de los aspectos hermosos de la invitación del presidente Nelson es que nos alienta a aprender a recibir revelación de forma individual, porque lo que el Espíritu Santo me enseñará a mí puede ser un poco diferente de lo que te enseñe a ti”, dijo la presidenta Bingham. “Las mujeres tienen mucho en común, pero también tenemos circunstancias únicas, así que invitamos a las mujeres de la Iglesia a seguir el consejo del profeta y en verdad estudiar sobre lo que el sacerdocio significa para ellas”.

Una invitación y una bendición

El poder del sacerdocio para una persona proviene de una conexión con Jesucristo por medio de los convenios, dijo la hermana Eubank. “Cuanto más cuidadosamente guardamos las promesas que hicimos con Él, más poder y bendiciones podemos reclamar sobre las personas que amamos”.

Actualmente, existen muchos problemas duros en el mundo, dijo la hermana Eubank. “El profeta nos está dando la clave de algo importante. Si necesitas una bendición específica para ti o para alguien que amas, mi invitación es que aceptes el desafío del presidente Nelson y estudies más acerca del poder del sacerdocio”. 

La invitación del profeta es una demostración de amor del Padre Celestial y el Salvador para todas las mujeres de la Iglesia, dijo la hermana Aburto, añadiendo que no deberíamos considerarla como una carga o algo más que agregar a nuestra larga lista de cosas por hacer. En su lugar, las hermanas de la Sociedad de Socorro deberían verla como “una invitación de Dios, por medio de Su profeta, de expandir nuestra comprensión sobre una doctrina del evangelio hermosa y básica”. Esta invitación del Señor es una oportunidad para que cada persona sea bendecida con un conocimiento, una visión y una perspectiva más profundos sobre el poder de Dios en su vida, dijo ella. 

Cuando la hermana Aburto escuchó la invitación del presidente Nelson el pasado octubre, “el Espíritu de inmediato me testificó que si  — como mujeres de la Iglesia — estudiamos las secciones de Doctrina y Convenios que él señaló y otras revelaciones relacionadas con el sacerdocio, nuestra comprensión del poder que Dios ha dado a Sus hijos se expandirá”.

Aprender por medio del estudio individual

Por medio de su propio estudio personal, la presidenta Bingham dijo que ha logrado una comprensión mejor de “lo que significa el sacerdocio para mí como mujer”. Además, ha aprendido mucho más de lo que entendía cuando era más joven.

El poder de Dios es mucho más que una entidad única conocida como “el sacerdocio”, explicó la presidenta Bingham. Es el poder literal de Dios y, como tal, es multifacético. 

Hay una diferencia entre las llaves del sacerdocio, los oficios del sacerdocio, la autoridad del sacerdocio y el poder del sacerdocio, dijo ella. Leer y estudiar las secciones de Doctrina y Convenios sugeridas por el presidente Nelson, dijo la hermana Bingham, ha aumentado su comprensión de esas diferencias y de cómo funcionan en el hogar y en la Iglesia.

“Cuanto más he aprendido y estudiado, más comprendo cómo el sacerdocio es relevante en mi vida”, dijo ella. “Puedo mirar hacia atrás y ver experiencias que he tenido con el poder del sacerdocio en mi vida y con la autoridad del sacerdocio en llamamientos que he tenido, las cuales no había reconocido antes”.

La hermana Jean Barrus Bingham, presidenta general de la Sociedad de Socorro, lee las escrituras en su oficina en el Edificio de la Sociedad de Socorro en Salt Lake City el miércoles, 19 de febrero de 2020.
La hermana Jean Barrus Bingham, presidenta general de la Sociedad de Socorro, lee las escrituras en su oficina en el Edificio de la Sociedad de Socorro en Salt Lake City el miércoles, 19 de febrero de 2020. | Crédito: Laura Seitz, Deseret News

Para la hermana Eubank, estudiar las secciones 84 y 107 de Doctrina y Convenios ha aumentado su comprensión de la importancia de las ordenanzas del templo en relación con el sacerdocio.

“Algo que aprendí es que una ‘investidura’ significa un regalo tan grande que los intereses que genera pueden usarse por sí solos para pagar todos los gastos y todavía no acercarse al regalo original”, dijo ella. “Si estamos investidos con poder del sacerdocio, entonces tenemos una fuente que se renueva continuamente y nunca se puede agotar”.

Al reconocer que no es cuestión de si ella tiene el poder del sacerdocio o no, la hermana Eubank dijo que pudo enfocarse en mejores preguntas. Comenzó a preguntarse: “¿Qué estoy haciendo con esa investidura del poder del sacerdocio? ¿Cómo afecta a mi llamamiento? ¿Qué significa para mis relaciones más importantes? ¿Y cómo podría usarlo para ayudar a alguien más?”

Hacerse esas preguntas más profundas produjo un cambio en ella, dijo la hermana Eubank. “Comprendí que, de forma inconsciente, estaba viviendo por debajo de mis privilegios del sacerdocio, y quiero ser mejor”.

Habiendo leído las secciones 25, 84 y 107 de Doctrina y Convenios muchas veces con anterioridad, la hermana Aburto dijo que leerlas de nuevo al seguir la invitación del presidente Nelson la ayudó a obtener nuevas perspectivas y a sentir el Espíritu de una forma diferente. 

“Ahora puedo ver con más claridad que el sacerdocio de Dios no tiene fin y que tiene el poder de bendecir a todas las generaciones de la humanidad”, dijo. “Esta nueva perspectiva me ayuda a medida que reflexiono sobre cómo puedo participar para hacer realidad esa promesa en mi vida y en la vida de las personas dentro de mi esfera de influencia”.

Comprender el poder del sacerdocio

De muchas maneras, las mujeres y los hombres del convenio en la Iglesia ya están recurriendo al poder con el cual han sido investidos, dijo la hermana Aburto. Probablemente, lo están usando de formas que ni siquiera se dan cuenta.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha progresado durante casi 200 años, en parte, debido a las mujeres y hombres que han accedido a ese poder para compartir el evangelio en todo el mundo y conectar a las familias por la eternidad. Sin embargo, dijo la hermana Aburto, al ser más conscientes de ese poder y de lo que significa, “podríamos recurrir a él aún más”.

La Iglesia y sus miembros están recibiendo más revelación con respecto al poder del sacerdocio porque “el Señor está acelerando Su obra sobre la tierra y necesita que todos nosotros en verdad comprendamos que somos Su ‘pueblo del convenio’ y que, por medio de nuestros convenios y nuestra fidelidad, podemos ‘[tener] por armas [nuestra] rectitud y el poder de Dios’” (1 Nefi 14:14), dijo ella. 

La hermana Jean Barrus Bingham, presidenta general de la Sociedad de Socorro, lee las escrituras en su oficina en el Edificio de la Sociedad de Socorro en Salt Lake City el miércoles, 19 de febrero de 2020.
La hermana Jean Barrus Bingham, presidenta general de la Sociedad de Socorro, lee las escrituras en su oficina en el Edificio de la Sociedad de Socorro en Salt Lake City el miércoles, 19 de febrero de 2020. | Crédito: Laura Seitz, Deseret News

Las mujeres recibirán más visión y propósito en su vida individual, como hermanas ministrantes, y como líderes en la Iglesia cuando sigan la invitación del profeta, prometió la hermana Aburto. 

Las mujeres de la Iglesia no necesitan esperar, añadió la hermana Eubank. Pueden actuar ahora, pueden pedir que Dios bendiga sus hogares, a las personas que viven en ellos y a otras personas dentro de sus esferas de influencia. 

En sus palabras finales, la presidenta Bingham dijo: “Cuando, como mujeres, lleguemos a verdaderamente comprender los privilegios y el poder que tenemos debido al sacerdocio, nos regocijaremos”.

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