En lo personal, así como en su vida profesional, Clint Christensen ha forjado conexiones permanentes con santos de los últimos días de ascendencia africana.
Como historiador de la Iglesia, ha pasado casi dos décadas registrando las historias de los santos de los últimos días en todo el mundo — en su mayoría enfocándose en miembros de raza negra hasta que tuvo un cambio de asignación en Asia y el Pacífico en 2018.
En su propia familia, Christensen y su esposa tienen tres hijos: un hijo de 15 años de ascendencia mixta, incluida su herencia africana, al que adoptaron de Luisiana; un hijo de 11 años adoptado de la India; y una hija de 8 años adoptada de Tailandia.
“Hemos tenido preguntas en nuestra familia sobre cómo criar a nuestros hijos [para que estén] orgullosos de su herencia y enseñarles sobre las grandes bendiciones en las diversas partes del mundo de las que vinieron sus ancestros”, dijo Christensen el jueves, 12 de marzo, en un evento del Museo de Historia de la Iglesia en Salt Lake City llamado “Mi travesía africana: Reunir las historias de santos de los últimos días negros de todo el mundo”.
Su experiencia como padre de hijos de color ha influído en sus investigaciones como historiador — así como su tiempo de servicio en una misión en la Ciudad de Nueva York y estudiando una maestría en Detroit, Michigan, donde él y su esposa asistieron a un barrio en que la mayoría de los miembros eran de raza negra.
Cuando fue contratado por el Departamento de Historia de la Iglesia en 2001, decidió enfocar sus esfuerzos en registrar las historias de los miembros del Caribe, ya que se había hecho poco trabajo al respecto. Luego, continuó trabajando con santos de los últimos días de la diáspora africana en Norteamérica, Latinoamérica y Europa, así como con miembros de África.
En el evento del museo, compartió historias que ha recopilado de miembros de la Iglesia negros en Puerto Rico, Inglaterra, la República Dominicana, Ecuador, Perú, Brasil, Ghana, Nigeria y los Estados Unidos.
Pero primero, transmitió una pregunta que le hizo un miembro mexicano de la Iglesia durante una de sus asignaciones: “¿Usted ama a mi gente?”
“He pensado en eso durante toda mi carrera — que, si voy a estar recopilando las historias de miembros de la Iglesia en representación del Señor, entonces necesito amar a todas las personas”, dijo Christensen.
Experiencias antes y después de 1978
Muchos de los santos de raza negra que ha entrevistado le han compartido el impacto que sintieron luego de la revelación recibida por el presidente Spencer W. Kimball en 1978, que permitió que todos los miembros dignos recibieran las ordenanzas del templo y que todos los varones dignos fueran ordenados al sacerdocio, independientemente de la raza o el color de la piel.
A los miembros negros no se les había permitido poseer el sacerdocio ni participar en investiduras del templo ni sellamientos desde al menos 1852, cuando Brigham Young anunció públicamente la restricción racial.
Rena Williams, que es de ascendencia jamaiquina y que se unió a la Iglesia en Londres, Inglaterra, en 1971, le dijo a Christensen que cayó al suelo llorando cuando escuchó sobre la revelación en 1978. Estaba abrumada de gratitud por saber que sus hijos, adolescentes en ese entonces, podrían bendecir la Santa Cena.
Uno de esos hijos, Patrick Williams, le habló a Christensen en una entrevista en 2012 sobre la carga que sentía cuando las personas esperaban que él explicara la historia la gente de raza negra y el sacerdocio. Él no conoce todas las respuestas, dijo Williams. Esto ocurrió antes de que la Iglesia publicara el ensayo de temas del evangelio “La raza y el sacerdocio” en diciembre de 2013, resaltó Christensen, añadiendo que espera que este ensayo y otros recursos similares sean de ayuda a los miembros que buscan información sobre la restricción del sacerdocio y el templo.
Christensen también tuvo la oportunidad de entrevistar y hacer amistad con uno de los santos de los últimos días africanos más prominentes — Joseph William “Billy” Johnson, conocido como “el padre de la Iglesia en Ghana”.
En la década de 1960, muchos años antes de que la Iglesia se estableciera en su país, Johnson se convirtió al evangelio restaurado luego de leer el Libro de Mormón. Una mañana, oyó una voz que decía: “Johnson, Johnson, Johnson. Si aceptas mi obra como yo te lo mandaré, te bendeciré a ti y a tu tierra”. Luego de esa experiencia milagrosa, se dedicó a la obra misional y estableció congregaciones de santos de los últimos días en Ghana antes de que el país tuviera conexiones o misioneros oficiales por parte de la Iglesia.
La noche del 8 de junio de 1978, Johnson sintió una impresión de sintonizar la radio. A la medianoche, escuchó cuando la BBC anunció la eliminación de las restricciones raciales al sacerdocio y a las ordenanzas del templo. Esa radio, dijo Christensen, se encuentra en el Museo de Historia de la Iglesia en la actualidad.
Johnson escribió una carta al presidente Kimball pidiendo que enviara misioneros a bautizar a todos los ghaneses que habían sido preparados para unirse a la Iglesia y finalmente fue bautizado en diciembre de 1978.
Christensen dijo que sus hijos pudieron conocer a Johnson y recibir bendiciones del sacerdocio de su parte cuando visitó Salt Lake City en 2010. Su hijo mayor, Jordan, quien no conoce a su padre biológico, hizo una conexión con Johnson a través de su herencia africana en común. Aunque falleció en 2012, Johnson sigue siendo como un abuelo y teniendo una presencia espiritual en la vida de los Christensen.
La raza en América Latina
Durante su presentación, Christensen enfatizó la necesidad de una mayor “competencia cultural” y sensibilidad al compartir y comprender las historias de los miembros de todo el mundo.
En particular, puede que aquellos que viven en los Estados Unidos no estén al tanto de que la mayoría de los africanos que fueron esclavizados en siglos pasados fueron llevados a Latinoamérica, dijo Christensen. Los descendientes de esos africanos se han integrado en las varias culturas de Latinoamérica de una forma diferente a los descendientes de las personas que fueron esclavizadas en los Estados Unidos.
Por ejemplo, casi la mitad de los brasileros tienen ascendencia africana y al menos un tercio de los puertorriqueños tienen fuertes raíces africanas, dijo Christensen. En muchos países de Centro y Sudamérica, añadió, los exesclavos se casaron con personas indígenas y sus descendientes de raza mixta conforman comunidades vibrantes en la actualidad.
Debido a que es común para los latinoamericanos tener múltiples etnias representadas entre sus ancestros, era más difícil en esos países determinar quiénes podían tener el sacerdocio bajo la norma previa de restricción racial, dijo Christensen.
Cuando viajó a Brasil en 2012, Christensen pidió permiso a la presidencia del área para entrevistar a miembros de mucho tiempo acerca del impacto que tuvo la revelación de 1978. Uno de esos miembros era Paulo de Oliveira Lima, quien recuerda haber conocido al presidente Kimball, junto con su familia, en 1969 durante la visita del profeta a Brasilia, Brasil. De hecho, Christensen buscó y encontró a Lima luego de encontrar una fotografía de su niñez con el presidente Kimball que guardaba el Departamento de Historia de la Iglesia. El presidente Kimball tocó el piano, cantó himnos y pasó más de una hora con la familia durante su visita en 1969.
Lima, un artista y músico afrobrasileño, ha permanecido activo en la Iglesia toda su vida y Christensen lo entrevistó con su familia en 2012. Aunque la norma de la Iglesia ahora permite que Paulo tenga la bendición de poseer el sacerdocio, la familia Lima aún ha enfrentado discriminación debido a su posición socioeconómica, dijo él.
“En Brasil, aunque todos conocen y aceptan la herencia africana, Paulo … sintió un racismo extremo” debido a la pobreza de su familia, dijo Christensen. Sin embargo, él continúa con fe a pesar de las experiencias dolorosas.
Luego de que Christensen lo entrevistó, Lima le pidió una bendición de sanación del sacerdocio. Necesitaba una operación para tratar el cartílago deteriorado de sus rodillas, ya que le faltaban varios años para tener la edad suficiente para recibir el seguro de salud necesario. Luego de regresar a Salt Lake City, Christensen preguntó por correo electrónico cómo se había sentido Lima desde que recibió la bendición. Él contestó que había bailado con su esposa en Navidad por primera vez en 13 años.
De esa experiencia, Christensen dijo que aprendió que “el Salvador está muy consciente de todos Sus hijos y los bendice conforme a sus circunstancias y necesidades, a pesar de sus aflicciones”.
Estas historias de miembros negros fieles de la Iglesia son solo una pequeña muestra de las que Christensen ha recopilado durante sus años de trabajo.
“Mi travesía africana realmente ha cambiado mi vida”, dijo en el evento. “Estoy tan agradecido por las oportunidades que yo … tengo al ser un historiador de la Iglesia y preservar la historia del Señor”.