SANTIAGO, Chile — En un reciente sábado por la tarde, una gran cantidad de líderes del sacerdocio y hermanas de toda la ciudad capital llegaron a sus asientos temprano dentro de un centro de estaca suburbano, esperando con entusiasmo su oportunidad excepcional de compartir una audiencia en vivo con un apóstol de los últimos días.
Es el final del verano en la Zona Central de Chile y los días permanecen cálidos y secos. Sería insensato salir sin un sombrero y una aplicación generosa de protector solar. Pero se podría decir que el clima espiritual dentro de la capilla el 15 de febrero era agradable — con una abundancia de “sentido común”.
Una gran parte de la conferencia de capacitación de liderazgo que duró tres horas se dedicó a las preguntas de líderes de rama, barrio y estaca que prestan servicio en las 10 estacas de Santiago que participaron.
Era un micrófono abierto, y las preguntas no se filtraron. Si cualquier persona estaba decidida a hacerle una pregunta profunda al élder Dieter F. Uchtdorf sobre, digamos, misterios de doctrina u otro tema desconocido, esta era su oportunidad.
Sin embargo, cada pregunta planteada al élder Uchtdorf y al élder Benjamin De Hoyos, un setenta autoridad general, estuvo basada en el “sentido común”.
— ¿Qué podemos hacer para ayudar a la Iglesia a crecer en nuestras comunidades?
— ¿Cómo podemos hacer que nuestros consejos de barrio sean más eficaces?
— ¿Cómo podemos utilizar el evangelio para navegar los problemas sociales que sobrecogen el país?
— ¿Cómo podemos ayudar a las personas que queremos a que regresen al templo?
El élder Uchtdorf, un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, y su amigo, el élder De Hoyos, apreciaron las preguntas. Cada una parecía motivada por el impulso cristiano de cuidar a los demás y ayudar a fortalecer la Iglesia de Cristo en Chile.

El élder Antonio Faundez, un setenta de área, también ofreció instrucción en la capacitación sobre la importancia de utilizar el nombre correcto de la Iglesia restaurada de Cristo.
Las respuestas a la mayoría de las preguntas que se plantearon en la capacitación de liderazgo se podían contestar con otra pregunta sincera: “¿Qué podemos hacer para elevar?”.
Los líderes locales forman un baluarte en Chile
En sus comentarios, el élder Uchtdorf reconoció a las muchas hermanas que participaron en una reunión de liderazgo extensa que incluyó instrucción tradicional desde el púlpito, preguntas y respuestas, y discusiones informales acerca de los videos sobre la ministración producidos por la Iglesia.
“Es tan maravilloso tener a las hermanas con nosotros”, dijo él. “Mi esperanza es que sigamos contando con las hermanas en estas reuniones porque todas sus preguntas y comentarios son tan importantes.
“Todos estamos unidos en este empeño y necesitamos ayudarnos unos a otros”.
El líder veterano de la Iglesia a menudo recibe enseñanza por parte de su propia esposa, la hermana Harriet Uchtdorf, quien asistió a la conferencia. “Su percepción es tan valiosa para mí. A menudo, cuando tengo sentimientos o pensamientos contradictorios, escucho lo que piensa ella sobre algo y pienso: ‘¿Por qué yo no me di cuenta de eso?’.
“Por eso deliberamos en consejo”.
Ayudar a los demás, en especial a la gente joven, a desarrollar testimonios muy arraigados es el llamamiento divino de todos.
“Cuando los niños salen de la primaria, deben tener un testimonio”, dijo él. Aun a esa edad temprana, pueden conocer la alegría del evangelio. Pueden ser un ejemplo a todos quienes los rodean.
Las familias, los barrios y las estacas de santos de los últimos días de Chile pueden ser almacenes de confianza para los jóvenes. Ellos pueden sentirse seguros de sí mismos al hablar con otras personas acerca de la Iglesia y al compartir sus testimonios con sus amigos.

Animen a los jóvenes a invitar a sus amigos a participar en los momentos importantes del evangelio en sus vidas.
Si un diácono joven se está preparando para repartir la santa cena por primera vez en los siguientes servicios de domingo, pídanle que invite a un amigo.
Si una mujer joven compartirá un discurso en la reunión sacramental, que incluya a sus amigos.
“Debemos generar confianza en nuestros jóvenes desde un principio”, dijo él.
Al crecer en Europa durante el tumulto de la Segunda Guerra Mundial, el joven Dieter Uchtdorf sufrió peligro y sintió miedo. Pero él también era un santo de los últimos días que fue fortalecido por sus santos prójimos.
“Me ayudó el saber que yo pertenecía a algo que era mucho mayor que cualquier cosa que me rodeaba”.
Él recuerda sentirse alentado con solo ver las fotos de la Primera Visión y de Cristo en el Jardín de Getsemaní que estaban colgadas en su humilde capilla. Su creciente testimonio proporcionó una identidad arraigada en Cristo durante un periodo caracterizado por el desorden global.
“No tenía miedo de hablar sobre la Iglesia”.
Esa confianza espiritual le ayudó de adolescente y, después, de joven adulto.
Los padres y líderes de la juventud en Chile, agregó él, tienen funciones esenciales en ayudar a los jóvenes a desarrollar su propia seguridad espiritual.

“A veces es más importante que los jóvenes sepan cómo usar un teléfono inteligente de forma apropiada que aprender cómo cruzar la calle. … Así que asegúrense de que ellos sepan quiénes son.
“Ellos tienen que saber que ustedes saben que Dios está allí, que Cristo está allí. Y Él nos pide que le sirvamos a Él. Y ustedes le están sirviendo a Él. Ustedes son el baluarte aquí en este país”.
Cuiden de las personas necesitadas, agregó él, en especial de aquellas que son nuevas al evangelio.
“Y ayuden a los misioneros a encontrar a nuevas personas y luego minístrenles a todos ellos”, dijo él.
El Espíritu Santo: un traductor invaluable
El élder Uchtdorf enfatizó la importancia de que los consejos de barrio en todo Chile desarrollen nuevos niveles de madurez. Ministrar a los niños y a los jóvenes sigue siendo una de las responsabilidades clave del consejo.
“Cuando nuestros niños se vuelvan a nosotros, ellos sabrán dónde encontrar paz”.
Aprendan a ser un ejemplo para los demás “de forma normal y natural”.
“Debemos tener confianza y ser valientes. Debemos sacrificar y hacer nuestras visitas para ministrar. Dios está con ustedes y ocurrirán milagros en cada aspecto de sus vidas”.
El apóstol visitante le habló a su audiencia chilena por medio de un traductor, quien convertía sus palabras de inglés a español.
“Pero el mejor traductor en mi vida es el Espíritu Santo”, dijo él. “Confíen en el Espíritu Santo y Él traducirá los mensajes que ustedes necesitan recibir de las escrituras, de los discursos y de sus oraciones y comunicaciones para ayudar a que la Iglesia crezca”.
El élder Uchtdorf terminó al ofrecer una bendición que los líderes de Santiago “encuentren alegría y confianza al servir al Señor. Luego confíen que sus jóvenes y niños podrán ir en esa misma dirección y ser fuertes”.