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Élder Tad R. Callister: El Libro de Mormón — ¿Hechura de hombre o dado por Dios?

La pintura “José Smith recibe las planchas de oro” por el artista Kenneth Riley. Crédito: Intellectual Reserve, Inc.
Una mujer joven lee el Libro de Mormón mientras los miembros de su familia siguen la lectura con la mirada. Crédito: Intellectual Reserve, Inc.
Elder Tad R. Callister Crédito: Intellectual Reserve, Inc.

Este año estaremos estudiando el Libro de Mormón como parte del currículum de “Ven, sígueme”. Una pregunta natural que surge en algunos puntos es si es un libro hecho por el hombre o es dado por Dios.

El argumento inicial de los críticos de que el Libro de Mormón fue hecho por un hombre, se basó en la premisa de que José Smith fue muy inculto e “ignorante” como para escribir una obra comprensiva, y, por lo tanto, alguien supuestamente más inteligente que él, como Sidney Rigdon u Oliver Cowdery, debieron ser los autores. Después, surgieron argumentos de que José copió el libro del manuscrito de Solomon Spaulding, o de que él sufrió de un trastorno mental que de alguna manera lo invistió, siendo un escritor sin capacitación, con habilidades superiores para escribir. Sin embargo, todos esos argumentos han sido tan completamente desacreditados que solo se mencionan raramente.

Así que, el argumento actual es que José Smith era un genio creativo que leyó muchos libros, tales como “Una vista a los hebreos” y “La última guerra entre los Estados Unidos y la Gran Bretaña”, y que entonces de ahí copió ideas e historias. Eso, por supuesto, es un total ir y venir, un retroceso de 180 grados del argumento original de que José era incapaz y muy ignorante para escribir tal libro. Ahora, de pronto, José es un hábil y creativo escritor con un intelecto de genio. ¿Por qué el ir y venir? Porque todas las explicaciones anteriores de que era un libro hecho por el hombre habían fallado.

Una mujer joven lee el Libro de Mormón mientras los miembros de su familia siguen la lectura con la mirada.
Una mujer joven lee el Libro de Mormón mientras los miembros de su familia siguen la lectura con la mirada. | Crédito: Intellectual Reserve, Inc.

¿Hay alguna evidencia de que José fuera un buen escritor a la edad de 23 años cuando el Libro de Mormón salió a la luz y así él fuera su autor? No. Por el contrario, Emma Smith, su esposa, hizo notar: “José Smith [como un hombre joven] ni siquiera podía escribir o dictar una carta coherente y bien expresada, y mucho menosdictarun libro por él mismo como El Libro de Mormón”.

Es asombroso cuando lo piensas — el declarar que José Smith, quien no podía escribir una carta coherente, escribiera el Libro de Mormón, con toda su complejidad histórica y sus percepciones doctrinales profundas, en un solo borrador dictado en aproximadamente 65 días de trabajo, sin notas frente a él y con solo cambios menores — la mayoría de índole gramatical.

Élder Tad R. Callister
Élder Tad R. Callister | Crédito: Intellectual Reserve, Inc.

Hace poco, terminé de escribir un libro acerca del Libro de Mormón y mi secretaria me preguntó, inesperadamente: “¿Sabe cuántos borradores tuvo?” Respondí: “No”, a lo que ella respondió: “72”. Pensé: “¡Caray! Me tomó dos años de concentración el escribir y muchos años previos de pensar y de recolectar ideas, con numerosas notas constantemente frente a mí, para escribir un libro de menos de la mitad del tamaño del Libro de Mormón, y de mucho menos significado, además de 72 borradores”.

Eso me recuerda la observación de Hank Smith: “Alguien con una experiencia nunca está a la merced de alguien con una opinión”. De acuerdo con eso, nunca nadie me convencerá de que José Smith, a la edad de 23 años, que intentaba ganarse la vida en el borde de la frontera, con tan solo habilidades primitivas para escribir, y sin notas frente a él, escribiera por sí mismo, en un tiempo cualquiera, esta obra maestra histórica y doctrinal, en un solo borrador y en aproximadamente 65 días. Eso está más allá de una creencia racional.

No es de extrañar que Emma Smith escribiera: “Mi creencia es que el Libro de Mormón es de autenticidad divina — no tengo la menor duda de ello. Estoy satisfecha de que ningún hombre pudiera dictar la escritura de los manuscritos, a menos que fuera inspirado para hacerlo”.

No son solo la historia y la razón las que confirman la veracidad del Libro de Mormón, sino, mucho más importante, el poder del Espíritu Santo el que la confirma. Este testigo de todos los testigos ofrece un poderoso testimonio a los sinceros de corazón de que este libro no es hecho por el hombre, sino dado por Dios. ¡Y qué bendición será regocijarse y atesorar sus inspiradas palabras durante el año que comienza!

— El élder Tad R. Callister es un setenta autoridad general emérito y un anterior presidente general de la Escuela Dominical.

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