La primera cita que Laura Faganello, de 23 años, recuerda haber tenido con su esposo, Brayden Faganello, de 25 años, fue una ronda de minigolf. Comenzaron la cita conversando con algunos nervios, y ella se aseguró de hacer algunas bromas “para hacerlo pensar que (ella) era divertida”. Sin embargo, para cuando llegaron al tercer hoyo, ya estaban coqueteando, riéndose y divirtiéndose mucho.
“En ese momento, habíamos estado casados durante dos años”, dijo ella.
Laura y Brayden Faganello, que son miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la estaca Victoria Columbia Británica, se casaron el 14 de julio de 2016 en el Templo de Vancouver Columbia Británica. Nueve meses después, la vida de esta pareja tomó un giro inesperado cuando Laura sufrió una lesión traumática en la cabeza, que le provocó la pérdida de muchos de sus recuerdos a largo plazo. Entre los recuerdos que perdió estaban el haber conocido a Brayden, enamorarse y casarse con él.
El 27 de abril de 2017, Laura Faganello fue contratada para ayudar a organizar un evento de negocios. Ella recuerda que todo era un poco caótico a medida que todos estaban preparando el lugar y decorando las mesas. Tres mujeres pusieron unos postes para armar una gran carpa. Laura Faganello se percató de que los postes no estaban puestos sobre suelo parejo, pero no pensó mucho en ello. Le pidieron que decorara una mesa que se encontraba frente a uno de los postes, y mientras trabajaba, se levantó un viento que le volteó uno de los postes sobre la cabeza.
“Todavía recuerdo el sonido que hizo cuando me golpeó la cabeza”, dijo Laura Faganello. “Todavía recuerdo cómo me sentí. Aun tengo pesadillas con eso. Luego de eso, todos estaban abanicándome y diciéndome que no llore. Ahí fue cuando comenzaron los recuerdos borrosos”.
Recuerda haber estado deambulando por el lugar del evento deseando que sus padres la fueran a buscar, sin darse cuenta de que sus padres se habían mudado a Bruselas, Bélgica, tres años atrás. Sus recuerdos estaban comenzando a borrarse.
Cuando recibió un mensaje de texto de Brayden Faganello preguntando cómo estaba, se sintió confundida. No tenía idea de que tenía un esposo, pero en su estado de conmoción, simplemente respondió: “Me golpeé la cabeza”.
“Estaba trabajando en el exterior de una casa a unos 10 minutos del lugar”, dijo Brayden Faganello. “Tan pronto como leí eso, simplemente dejé tirado mi cinturón de herramientas y corrí a mi auto para ir a buscarla. Cuando la encontré, tenía la cara como una piedra. Sin expresión. Sus ojos derramaban lágrimas, su respiración estaba acelerada, y algo parecía estar muy mal”.
Brayden llevó a Laura a su casa, y ella se fue a dormir. De acuerdo con lo que contó la pareja, Laura no hizo mucho más que dormir durante las siguientes dos semanas luego del accidente. De hecho, ella no recordaba nada de ese período.
Lo siguiente que recuerda luego del accidente ocurrió dos semanas después, cuando se despertó junto a Brayden Faganello, quien de modo casual le decía “buenos días”, y ella no lo reconoció. Ella dijo que la cabeza le daba vueltas y “tenía tanto dolor que sentía deseos de vomitar”.
“De camino al baño, recuerdo ver nuestro álbum de fotos de boda sobre la mesa, y nuestra ropa de la lavandería junta, y me sentí muy confundida”, dijo Laura Faganello. “En mi mente, yo tenía 17 años y aún asistía a la escuela preparatoria. Tenía que estudiar para mis exámenes. No podía comprender que estuviera casada y viviera en Canadá”.
De acuerdo con Brayden Faganello, Laura Faganello tuvo dificultades tratando de expresarse durante ese tiempo. Todo lo que le decía a Brayden era que le dolía la cabeza. Algunas veces se levantaba a mitad de la noche gritando de miedo porque no sabía quién era Brayden y por qué estaba en su habitación.
Luego de algunas experiencias como esa, los Faganello condujeron hasta el hospital y a Laura le diagnosticaron una concusión severa, aconsejándole “ir a casa y descansar”.
“Fue difícil descansar”, dijo Bryan Faganello. “No puedes descansar demasiado antes sentir que te vuelves loco”.
Luego de varias visitas a hospitales y oficinas de doctores, Laura y Brayden Faganello comenzaron el lento proceso de recuperación. Como parte de ese proceso, Laura trabajó con la Dra. Kate Brookfield, que comenzó a ayudarla con dicho proceso 15 meses después del accidente. En una entrevista por correo electrónico con Deseret News, ella dijo que el caso de Laura es “único en su clase”.
“Las concusiones pueden ocurrir en una variedad de formas diferentes y generalmente implican un traumatismo en la cabeza, tal como una lesión deportiva, un accidente automovilístico o un golpe en la cabeza, como en el caso de Laura”, dijo Brookfield. “Las respuestas subjetivas y objetivas de cada paciente pueden ser muy diferentes, lo que puede hacer que las concusiones sean difíciles de tratar. Cada concusión es diferente, y afecta de forma diferente a cada paciente”.
En calidad de quiropráctica de Laura Faganello, Brookfield ayudó a aliviar sus síntomas con ejercicios y estrategias para ayudarla a manejar tareas simples y cotidianas a través de su sistema neurofisiológico.
“Laura fue muy positiva y estaba ansiosa por recuperarse, y su determinación resultó ser un éxito”, dijo Brookfield.
Aunque intentó mantenerse “positiva y ansiosa” luego de meses de progreso lento, Laura Faganello “tocó fondo”. Se sentía deprimida y atrapada, y experimentaba un sentimiento de falta de albedrío porque sentía que estaba enfrentando las consecuencias (buenas y malas) de decisiones que ella no recordaba haber tomado, incluido el hecho de estar casada con alguien que no conocía.
“Le dije a Brayden que no podía permanecer más en un matrimonio al que no recordaba haberme comprometido”, dijo Laura Faganello. “Necesitábamos comprometernos a estar juntos o tomar caminos separados. En enero decidimos comenzar a salir nuevamente. Primero nos convertimos en mejores amigos, luego hicimos todas las cosas tiernas que la gente hace cuando está enamorada de alguien”.
Cuando Laura Faganello comenzó a sentirse lo suficientemente bien para socializar, su amiga Rachel Watters dijo que ella no recordaba su casa ni ninguno de los recuerdos que habían creado juntas en los últimos dos años. Las dos amigas tuvieron que volverse cercanas otra vez desde cero.
“Fue impactante”, dijo Watters. “Se sentía realmente raro reconstruir esa conexión con ella, porque yo ya me sentía cercana, pero ella no. Brayden solía mencionar algo del pasado que ella no recordaba y luego le contaba a ella y a nosotros los detalles del evento, y ella confiaba y escuchaba como si estuviera escuchando la historia de alguien más. Brayden, en especial, fue tan paciente, amable y bondadoso”.
A medida que pasaron por la etapa de salir juntos por segunda vez, Laura Faganello continuó progresando. El 19 de agosto, Brayden Faganello le volvió a proponer matrimonio y Laura dijo que sí. Ella estaba lista para volverle a decir que sí porque él se había convertido en alguien a quien ella “no imaginaba dejar ir”.
“Ha sido mucho progreso lento y paciente durante los últimos años”, dijo Brayden Faganello. “Han ocurrido numerosos milagros en los últimos años. Mucho ayuno, muchas bendiciones y muchas visitas al templo que nos han llevado a poder verla en el lugar donde estamos hoy. Todo parte de esos pequeños esfuerzos hechos con paciencia”.
La hermana de Laura Faganello, Olivia Hart, notó un crecimiento en la confianza y asertividad de Laura a lo largo del proceso de sanación.
“Ha sido asombroso que haya podido estar más presente en los eventos familiares”, dijo Hart. “Ella es tan divertida y trae una luz tan brillante a cualquier reunión. Creo que los cambios que he visto en Laura no son necesariamente nuevas características de su personalidad que han aflorado de repente, sino un regreso de la persona que era antes — inteligente, bondadosa y elegante — con un poco de refinamiento”.
Hart ha presenciado de primera mano el dolor por el que Laura Faganello ha pasado. Laura Faganello no solo tuvo que lidiar con la pérdida de memoria y de las funciones básicas, sino que también tuvo que poner en pausa sus estudios y luchar con las tareas cotidianas.
“Era una victoria para ella lograr ir a la Iglesia, aunque fuera por el tiempo suficiente para poder participar de la santa cena”, dijo Hart. “Si lo lograba, luego tenía que regresar a casa para recuperarse del ruido de la capilla, la conmoción de la gente moviéndose a su alrededor y la estática del micrófono, lo cual era demasiada estimulación para su cerebro”.
Aunque Laura Faganello tuvo dificultades para asistir a las reuniones de la Iglesia, lo más grande que notó Watters en Laura fue su dedicación al evangelio de Jesucristo.
“Cuando le fallaba la memoria y se sentía perdida y asustada, recurría al Padre Celestial y al evangelio”, dijo Watters. “En oración, al leer las escrituras, al participar de la Santa Cena… Esas fueron sus constantes. De manera consistente, ella encontró paz en aquello que sabía que era correcto, y en la fe de que las personas a su alrededor la conocían, la amaban y estaban intentando ayudarla. El evangelio la ha ayudado a mantener los pies en la tierra y le ha dado un fundamento firme, aun un fundamento compartido, a partir del cual poder reconstruir relaciones y recuerdos”.
“Sé que nuestros votos fueron más que simples votos mundanos”, dijo Brayden Faganello. “Sabía de la importancia eterna del compromiso mutuo que habíamos hecho. A lo largo de los momentos difíciles, me aferré mucho a eso”.
Aunque Laura Faganello no recordaba los detalles de su boda, ella sabía que había deseado un matrimonio en el templo desde siempre. De acuerdo con Bryan Faganello, eso fue lo suficientemente importante para Laura como para estar dispuesta a hacer lo necesario para que funcionara.
“La razón por la que seguimos juntos es por nuestros esfuerzos de ser más como Cristo”, dijo Laura Faganello. “Ambos teníamos asperezas el uno para con el otro antes de que ocurriera el accidente. Teníamos las peleas típicas de una pareja nueva, y no éramos pacientes con el otro. A medida que hemos estudiado las escrituras juntos luego del accidente, hemos implementado cada lección en nuestras vidas”.
Laura y Brayden Faganello están de acuerdo en que su fe ha sido el factor más importante en su sanación física y emocional.
“Un día alguien me preguntó: ‘¿No has orado para ser sanada? Quizás, si aún no te has sanado, es porque no tienes la fe suficiente para ser sanada’”, recuerda Laura Faganello. “Eso me golpeó mucho. Porque de todas las cosas que valoro, mi testimonio es la primera. Pensar en el hecho de que había perdido todo: mi capacidad de hablar, leer, caminar lejos, mis recuerdos… Todo. Perdí todo, pero nunca perdí mi testimonio”.
De hecho, Laura Faganello dijo que obtuvo un testimonio más fuerte de que “a veces necesitamos la fe para no ser sanados”. La lección más grande que aprendió de esta experiencia es tener fe en el tiempo de Dios.
“Incluso si algo no está ocurriendo cuando tu lo deseas, no significa que Él no está pendiente de ti”, dijo Laura Faganello. “Sé que Dios me tiene en cuenta. Sé que Él vio cada lágrima. Él ha escuchado cada oración”.