PROVO, Utah — Con ayuda de su esposa y nietos, el élder Neil L. Andersen saludó a los 1.516 misioneros del Centro de Capacitación Misional de Provo con una tarjeta de agradecimiento hecha por su familia y un mensaje de gratitud por “las tres hermosas bendiciones” que se nos han dado a todos: la vida, el albedrío, y el Salvador Jesucristo.
En su devocional festivo de este jueves 28 de noviembre, el miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles citó las propias expresiones y ejemplos de gratitud del Salvador, desde “Darás las agracias al Señor tu Dios en todas las cosas” (Doctrina y Convenios 59:7) hasta “Padre, gracias te doy” (Juan 11:41).
“Durante su misión, habrá momentos en los que necesitarán pensar en todas las cosas por las que están agradecidos cuando se enfrenten con desafíos impensados”, dijo él. “En la medida en que mantengan un espíritu de agradecimiento, tendrán el valor para vencer esos obstáculos”.
‘Nuestras vidas’
“Primero que nada, deberíamos agradecerle a nuestro Padre Celestial por nuestras vidas — por respirar, tener las experiencias maravillosas de la mortalidad, el privilegio de hacer crecer nuestra fe, aprender a amar dentro de una familia, y las alegrías de la amistad que nos rodean”, dijo el élder Andersen.
Los mayores dones de Dios se dan a casi todos, y el hecho de que así sea no disminuye la magnificencia de la dádiva.
“Sin importar nuestros desafíos, dificultades, tensiones, tentaciones y dolores”, dijo él, “el hecho de que ustedes y yo tengamos una vida es un regalo que no tiene precio”.
‘Nuestra capacidad de escoger’
En la lista de las mayores bendiciones que recibimos se encuentra, en segundo lugar, la capacidad de escoger, decidir, dar forma a nuestros deseos, y “determinar las cosas que amaremos y las que descartaremos”, dijo el élder Andersen, explicando cómo el albedrío fue clave en el plan del Padre presentado en la preexistencia y cómo Lucifer se opuso a él y, sin embargo, Cristo lo cumplió.
“Somos nuestros propios agentes, con la libertad de pensar, crecer y escoger — incluso comprendiendo que a veces cometeremos errores”, dijo él.
Cada misionero ha tomado la decisión de servir al Señor y dar testimonio de Jesucristo, añadió. “Si permanecen fieles a ella, la verán como una de las decisiones más importantes de su vida”.
Al recordar una impresión que recibió cuando daba una bendición a un amigo que estaba pasando por una experiencia traumática, el élder Andersen repitió: “La fe no es solo un sentimiento; es una decisión”.
Su amigo “necesitaría escoger la fe” — y así lo hizo, dijo el élder Andersen.
“La capacidad de buscar en nuestro interior el don de la fe es una bendición espiritual enorme”, dijo el élder Andersen.
“Cuando decidimos escoger lo correcto, guardar los mandamientos, no tener miedo de permitir que nuestra voluntad sea absorbida en la de nuestro Padre Celestial, le estamos dando a Él una de las pocas cosas que realmente nos pertenece y que podemos ofrecer. Esa es la decisión que ustedes están tomando al venir a la misión. En la medida en que sometan su voluntad a la de Él durante los próximos meses, sentirán Su Espíritu y Su aprobación”.
‘Agradecidos por siempre a Jesucristo’
Junto con la invitación de que “estemos agradecidos por siempre a Jesucristo”, el élder Andersen añadió: “Para mí, no existen palabras en ningún idioma para describir verdaderamente la majestad, el poder, la gloria y el amor del Hijo de Dios”.
El apóstol moderno repasó, con base en las escrituras, el nacimiento del Salvador en Belén y Su ministerio mortal de tres años, incluido el momento en que levantó a Lázaro en Betania, así como detalles más específicos sobre los últimos días de la vida mortal de Cristo en Jerusalén.
Llevó a la audiencia de misioneros por un recorrido a través del momento en que Cristo instituyó la Santa Cena y lavó los pies de los apóstoles en el aposento alto; pasando por Su sufrimiento por las transgresiones y dolores de la humanidad en Getsemaní; el momento en que lo traicionaron al pie del Monte de los Olivos; las burlas, los azotes y su travesía cargando la cruz dentro de los muros de la ciudad; cuando lo clavaron en esa cruz en el Gólgota; hasta llegar a la resurrección del Salvador de la tumba así como Su aparición a muchos tanto en el Viejo Mundo como en el Nuevo.
“Debido a que Él vive y se levantó de la tumba, toda la humanidad resucitará”, dijo el élder Andersen. “Que siempre estemos llenos de asombro, gratitud y maravilla por la sagrada Expiación del Salvador”.
Luego, finalizó con su “testimonio seguro” como apóstol de Jesucristo y les recordó a los misioneros que ellos también “son llamados por Dios”.
Participación familiar
Antes del discurso de su esposo, la hermana Andersen les dijo a los misioneros que, al orar esa mañana, se dio cuenta de cuán a menudo una expresión de gratitud a su Padre Celestial parece pequeña si se compara con la lista de preocupaciones y ruegos que le siguen.
“Un “muchas gracias por las muchas bendiciones que me das” no es suficiente”, dijo la hermana Andersen, añadiendo que cada día debemos brindar una expresión de gratitud más extensa — no solo en el Día de Acción de Gracias — y que si los misioneros hacían ese esfuerzo tendrían oraciones más reales y fervientes.
El élder y la hermana Andersen, abuelos de 17 nietos, comenzaron la reunión de una hora invitando al estrado a 10 de ellos, que se hallaban en el devocional, para presentarse, expresar por qué cosas están agradecidos y hablar sobre la tarjeta de agradecimiento que habían hecho.
Después, los nietos fueron por todo el auditorio repartiendo las copias de la tarjeta en tamaño carta a los misioneros. Además, se enviaron más copias a los misioneros de los centros de capacitación misional internacionales en todo el mundo, quienes verían la transmisión, ya fuera en vivo o en diferido.
Luego, en Provo, el élder Andersen recorrió los pasillos de las filas inferiores durante casi 30 minutos saludando con la mano a cuantos misioneros podía alcanzar. Además, envió a sus nietos a volver a los asientos más altos del auditorio para saludar a los otros misioneros de parte de él y la hermana Andersen.
El resto del día de los misioneros en el CCM de Provo estuvo dedicado a una comida especial del Día de Acción de Gracias, más devocionales, videos y el proyecto anual de servicio del CCM junto a la organización Feeding Children Everywhere, que incluía armar unos 350 000 kits de comida para ser distribuidos sin cargo como parte de la nueva opción de entrega a domicilio de carrito lleno (Full Cart) de la organización.