Un apóstol de los últimos días hizo una declaración transformadora que de seguro se registrará en los diarios de muchos jóvenes peruanos:
“Ustedes son la juventud de Sion y las manos de Dios”.
El élder Ulisses Soares del Cuórum de los Doce Apóstoles compartió en mensaje de esperanza, confianza y expectativa en un devocional para los jóvenes la noche antes de la dedicación del templo en Arequipa, la segunda ciudad más grande de Perú.
Cientos de jóvenes acudieron al centro de reuniones de Umacollo para escuchar el consejo del élder Soares y su esposa, la hermana Rosana Soares, junto con otras Autoridades Generales que visitaban, y otros jóvenes. La reunión se transmitió a centros de reuniones dentro del nuevo distrito del templo.
“Tengo la impresión de que ustedes son espíritus especiales que fueron preservados y preordinados para venir al mundo en este momento”, dijo él. “Los admiro, los quiero y confío en ustedes”.

El élder Soares repitió la certeza del presidente Russell M. Nelson que “la juventud de esta generación” puede cambiar el mundo. Tienen un deber de defender las verdades divinas al “vivir el evangelio”.
El líder nacido en Sudamérica también se maravilló de que el templo número 168 de la Iglesia se dedicaría el domingo. Cuando él era un hombre joven criado en Brasil, no había templos en Latinoamérica antes de la dedicación del Templo de São Paulo, Brasil en 1978.
“El templo es un lugar donde el cielo y la tierra se pueden unir, y podemos sentirnos cerca al Padre Celestial y a Jesucristo”.
El presidente Nelson, él agregó, ha prometido que prestar servicio en el templo trae milagros a la vida personal de uno. El recibir más revelación personal es otro preciado fruto que espera a quienes adoran en la Casa del Señor.
Los jóvenes de Arequipa y en toda la Iglesia pueden recibir aún más bendiciones al obedecer los mandamientos del Señor y al seguir el consejo de los profetas y apóstoles del Señor.
El élder Soares dijo que el Señor promete que “sacudirá los cielos” y protegerá a todos quienes lo sigan a Él y a Sus profetas.
“También encontraremos respuestas a las preguntas más profundas de nuestra alma”, dijo él, alentándolos también a siempre permanecer dignos de una recomendación para el templo y prepararse para enseñar y ministrar a futuras generaciones de jóvenes Santos de los Últimos Días.
En cierto punto del devocional el sábado, él élder y la hermana Soares se sentaron con un pequeño grupo de jóvenes de Arequipa. Con la amabilidad habitual, la pareja platicó con los hombres y las mujeres jóvenes sobre sus experiencias durante el programa reciente de puertas abiertas del Templo de Arequipa, Perú.

“¿Pueden compartir algunas de sus experiencias al visitar el templo?”, preguntó la hermana Soares.
Una joven adolescente llamada Camila habló sobre su emoción de estar en el primer templo de Arequipa, y agregó, “Tuve una impresión de que tenía que trabajar más arduamente en la investigación de la historia familiar”.
Un joven llamado Melvin dijo que pudo “sentir el amor y la compasión de Jesucristo” mientras caminaba los pasillos del templo.
Cuando la hermana Soares preguntó si los jóvenes habían invitado a sus amigos y familiares a que los acompañaran en el programa de puertas abiertas del templo, una mujer joven habló sobre la paz y la alegría de estar en el salón celestial con sus abuelos que no son Santos de los Últimos Días.
Otro joven dijo que disfrutó contestar las preguntas de varios de sus compañeros de clase que aceptaron su invitación de hacer un recorrido del templo y aprender sobre sus propósitos sagrados.
El élder y la hermana Soares también les preguntaron a los jóvenes qué tenían pensado hacer para prepararse de la mejor manera para prestar servicio en el Templo de Arequipa, Perú.
Los jóvenes contestaron que estaban comprometidos a pagar su diezmo, seguir los mandamientos de Dios y encontrar alegría en la investigación de la historia familiar y la obra del templo.
En su discurso del devocional, el élder Enrique R. Falabella, un setenta autoridad general que preside sobre el Área Sudamérica Noroeste, enseñó que el evangelio puede traer consuelo y luz aun a los momentos más oscuros de nuestra vida.

Una “vela de luz” es el Libro de Mormón.
El élder Falabella invitó a los jóvenes a “leer el Libro de Mormón” y experimentar sus muchas lecciones junto a héroes como Nefi y el rey Benjamín.
Una segunda “vela” es el Templo de Arequipa. El templo más nuevo de la Iglesia emitirá niveles nuevos de iluminación a todos quienes adoren y presten servicio dentro de sus paredes.
“Imaginen la alegría que sentirán al realizar ordenanzas por sus antepasados”, dijo él.
Mientras tanto, compartir las buenas nuevas de la Iglesia restaurada puede traerles luz a los demás.
“Oren y pídanle al Señor que les ayude a encontrar a alguien con quien puedan compartir el evangelio”, dijo él.
El élder Falabella les aseguró a los hombres y a las mujeres jóvenes que son “hijos e hijas” valiosos de Dios.
En su discurso, el obispo Dean M. Davies, primer consejero del Obispado Presidente, se basó en el consejo del presidente Nelson a los jóvenes de que escojan ahora seguir al Señor y ser Su discípulo.

“Ahora es el momento de aferrarse a la barra de hierro y decidir que serán dedicados al batallón de Cristo”, dijo él.
Los jóvenes que deciden a temprana edad que seguirán al señor pueden esperar felicidad y alegría.
“Sus vidas serán bendecidas en formas que no pueden comprender por completo”, dijo el obispo Davies.
Un par de jóvenes que discursaron — Nashira Marón y Raúl Vienna — hablaron sobre la alegría de poder prestar servicio en el Templo de Arequipa y de compartir el evangelio con los demás.
Para muchos jóvenes en el área de Arequipa, el devocional del sábado enriqueció la magnitud de un fin de semana ya definido por dedicación y revelación.
“El devocional de hoy fue una bella experiencia”, dijo Matthew Bernedo González, 16, del Barrio Mirador, Estaca Arequipa Perú Umacollo. “Sentí el Espíritu muy fuerte cuando participé en el coro y con la oportunidad que tuve de ser uno de los pianistas. Eso me llenó de alegría”.
Escuchar al élder Soares hizo que Matthew tuviera aún más determinación de concentrarse en Cristo y Su templo, agregó el joven.
Alejandra Villena del Barrio Satélite, Estaca Arequipa Perú Central, dijo que la alentó la promesa del élder Soares de que los milagros esperan a quienes siguen al Señor.
“Soy muy bendecida de tener un templo tan cerca a mi hogar, y la promesa de que, si asisto, presenciaré milagros en mi vida”.

“Las palabras que habló el élder Soares me hicieron sentir como la hija de Dios que soy”, dijo Sofía Ticona, 14 años, de la Estaca Arequipa Perú Central. “Aunque esas palabras eran para todos, sentí que esos mensajes eran para mí. Sentí que yo tengo un valor infinito y que mi Padre Celestial me escucha cuando lo busco”.
El sábado más temprano, el élder Soares se reunió con élderes y hermanas que prestan servicio en la Misión Arequipa Perú. Él comenzó al testificar del llamamiento profético del presidente Nelson.
“El presidente Nelson es una de las personas más amigables y amables que conozco en este mundo”, dijo él. “Sus ojos tiernos expresan el amor que el Salvador tiene por todos los hijos de Dios. Realmente es un siervo de Dios debidamente autorizado para guiar la Iglesia bajo la dirección del Señor Jesucristo”.
Prestar servicio en Arequipa, agregó él, es una bendición especial para cada misionero.
“Ustedes representan una generación de misioneros que han sido preordinados para predicar el evangelio en este momento”.
Los misioneros de tiempo completo en todas partes comparten el mismo cometido que el élder Soares y sus compañeros del apostolado: de llevar el evangelio a las personas en todo el mundo.
Durante su propia misión de tiempo completo, el élder Soares dijo que servir una misión en su juventud fue el punto de partida de su vida para llegar a conocer al Padre Celestial y a Su Hijo Jesucristo. Él descubrió las bendiciones que vienen gracias a la obediencia al evangelio y al vencer el pecado.
“Creo que la lección más importante que aprendí en mi misión fue el patrón de servicio del Señor y Su reino que enseñaron el Salvador y Sus discípulos”. (Mateo 16:24-26).
El élder Soares les recordó a los misioneros que el éxito en su labor llegaría a medida que aprenden a recibir y escuchar la revelación personal.