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Las 5 claves de la hermana Bingham para ser feliz, mantener una perspectiva eterna y progresar

La hermana Jean B. Bingham habla en un devocional del campus de BYU en el Marriott Center en Provo, Utah, el 10 de diciembre de 2019. Crédito: Tyler Richardson, BYU Photo
La hermana Jean B. Bingham con su esposo, Bruce Bingham, en el estrado antes de un devocional del campus de BYU en el Marriott Center en Provo, Utah, el 10 de diciembre de 2019. Crédito: Tyler Richardson, BYU Photo
La hermana Jean B. Bingham habla en un devocional del campus de BYU en el Marriott Center en Provo, Utah, el 10 de diciembre de 2019. Crédito: Tyler Richardson, BYU Photo
Un coro de estudiantes canta durante un devocional con la hermana Jean B. Bingham, en el Marriott Center en el campus de BYU de Provo, Utah, el martes, 10 de diciembre de 2019. Crédito: Captura de pantalla de BYUTV

La perspectiva es un fenómeno interesante, dijo la hermana Jean B. Bingham mirando a las filas de unos 3.600 estudiantes sentados a diferentes alturas, reunidos en el Marriott Center en el campus de la Universidad de Brigham Young de Provo, Utah, el martes, 10 de diciembre. 

“Según nuestra posición o de los instrumentos que usemos, lo que miramos parece cambiar, a veces de forma dramática”, continuó la presidenta general de la Sociedad de Socorro, luciendo pequeña de pie en el estrado, en el centro del estadio y, a la vez, enorme, cuando su cara se proyectaba en las pantallas de video masivas que estaban sobre el estadio. 

“La perspectiva también puede ser una actitud en particular hacia algo, o un punto de vista”, dijo a quienes estaban reunidos para el último devocional del campus del semestre de otoño. “Al observar una situación a través del lente de nuestras propias experiencias, tenemos la tendencia a suponer que nuestra perspectiva es la ‘correcta’ y descartar otros puntos de vista, pensando que son defectuosos o incompletos”.

Sin embargo, la mayoría de las veces, ningún punto de vista o perspectiva individual proporciona un panorama completo, ni la verdad completa, explicó ella. Los instrumentos tales como los telescopios y microscopios permiten a las personas ver cosas que no podrían ver a simple vista. Sin embargo, ambos tienen un alcance estrecho que también limita nuestro punto de vista, explicó ella. 

No obstante, el único punto de vista que aclara todo, dijo la hermana Bingham, es la perspectiva perfecta y que todo lo abarca del Padre Celestial — Su perspectiva eterna. 

La hermana Jean B. Bingham con su esposo, Bruce Bingham, en el estrado antes de un devocional del campus de BYU en el Marriott Center en Provo, Utah, el 10 de diciembre de 2019.
La hermana Jean B. Bingham con su esposo, Bruce Bingham, en el estrado antes de un devocional del campus de BYU en el Marriott Center en Provo, Utah, el 10 de diciembre de 2019. | Crédito: Tyler Richardson, BYU Photo

“Con Su capacidad de ver, conocer y comprender todas las cosas pasadas, presentes y futuras de una forma más elevada, amplia y profunda de la que nosotros podemos, Su perspectiva es completa”, dijo ella. Desde Su punto de vista, Dios puede ver el potencial divino en lugar de simplemente una condición presente o pasada.

El Padre Celestial también ve a todas Sus creaciones a través del lente del amor, dijo la hermana Bingham. “Como si usara un poderoso microscopio, Él ve el corazón y la mente de cada uno de Sus hijos desde una perspectiva de misericordia amorosa y apoyo ansioso en lugar de una crítica que destruye las esperanzas. Además, con un alcance más completo que el del telescopio más potente, Él ve el panorama completo, ve el progreso en las personas, así como las galaxias de eternidad en eternidad”.

Durante su vida mortal, cada persona se enfrenta a desafíos diarios que, a veces, pueden parecer abrumadores. A medida que las personas enfrentan sus desafíos personales, su perspectiva limitada, a menudo, puede llevarlas a sentirse distraídas y desalentadas. 

Entonces, “¿cómo hallamos gozo a la vez que experimentamos estas pruebas y tribulaciones de día en día, y a veces, de hora en hora?”, preguntó la hermana Bingham.

La respuesta, dijo ella, comienza con abrazar una perspectiva eterna. 

Luego, dio una lista de cinco claves para mantener una perspectiva eterna que puede ayudar a las personas a progresar y ser felices sin importar sus circunstancias.

Conocer y tener fe en el plan de felicidad de Dios

La primera clave es entender nuestra identidad divina como el fundamento de nuestro progreso y felicidad, explicó ella. “Cuando sabemos quiénes somos, por qué estamos aquí y adónde queremos ir, podemos tomar decisiones que nos traigan la mayor felicidad y eviten el mayor dolor y angustia, tanto ahora como en la eternidad”.

El valor divino de cada persona que está en la tierra es absoluto, debido a que son hijos de seres divinos, explicó.

Cuando las personas llegan a saber que la perspectiva de Dios incluye las cosas como fueron, como son y como han de ser, reciben la seguridad de que su valor no cambia, dijo la hermana Bingham. 

“Debido a las decisiones que tomaron en la vida premortal, tienen un papel esencial en el plan de felicidad de Dios, en una época muy importante de la historia del mundo. Sus Padres Celestiales los prepararon para venir a la tierra con esas verdades arraigadas en sus espíritus, y ustedes y yo estábamos entusiasmados de intentar volvernos como Ellos. Veíamos Su felicidad e, instintivamente, deseábamos ese mismo gozo”, dijo ella. “Después de todo, para eso fuimos creados: ‘Existen los hombres y las mujeres para que tengan gozo’”.

Confiar en Jesucristo y Su Expiación

La segunda clave es tener confianza en el Salvador y en la realidad de Su Expiación infinita, la cual permite que todos progresen eternamente, continuó la hermana Bingham.

“Incluso después de comenzar a andar por la senda de los convenios, todos nosotros tenemos la tendencia de serpentear hacia el borde del camino, salirnos o tropezar”, dijo ella. 

Aunque, en ocasiones, todos podamos tropezar y perder el rumbo, la “verdad gozosa es que, debido a la Expiación de Jesucristo, ninguno de nosotros está perdido eternamente”, dijo ella. 

La hermana Jean B. Bingham habla en un devocional del campus de BYU en el Marriott Center en Provo, Utah, el 10 de diciembre de 2019.
La hermana Jean B. Bingham habla en un devocional del campus de BYU en el Marriott Center en Provo, Utah, el 10 de diciembre de 2019. | Crédito: Tyler Richardson, BYU Photo

El Salvador en verdad expió por los pecados de todo el género humano y proveyó un ejemplo perfecto de cómo vivir en este período mortal, con la seguridad de que “podemos, en verdad, volvernos más como Él, sentir gozo en esta vida y, finalmente, volver a nuestro hogar celestial”, agregó.

“Nuestro Salvador también tiene una ‘visión de larga distancia’; Él nos ve cuando estamos ‘aún muy lejos’ y nos encuentra allí, listo para sanar y perdonar, consolar y alentar, a medida que venimos a Él en nuestras pruebas difíciles”, dijo la hermana Bingham. “Con Su ayuda, podemos superar la adversidad, resistir las tentaciones y progresar en el camino de regreso a nuestros Padres Celestiales”.

Hacer planes

Incluso teniendo el don de la misericordia del Salvador, no obstante, “para progresar de verdad debemos hacer las cosas de modo intencional”, continuó la hermana Bingham, subrayando la tercera clave. 

Comenzando con una comprensión de nuestra identidad y propósito divinos — de los cuales, añadió, cada individuo tiene la responsabilidad de aprender — los individuos deben hacer planes para crecer y progresar en los caminos del Señor, explicó ella. 

A menudo, la naturaleza humana lleva a las personas a repetir los errores y aferrarse a “filosofías erróneas” hasta que se convencen de que saben más que su Padre Celestial. Sin embargo, incluso tales errores pueden convertirse en oportunidades de aprender cuando las personas comprenden su propósito divino y escogen cambiar de formas que les permiten seguir al Salvador, explicó la hermana Bingham. 

“Tal como una simple lupa que enfoca las cosas utilizando la luz del sol, el evangelio de Jesucristo enfocará su vida con la luz del Hijo de Dios, nuestro Salvador y Redentor”.

“A diferencia del crecimiento físico, no podemos madurar espiritualmente a menos que estemos dispuestos a cambiar y adoptar una forma de vivir más elevada y santa”, dijo ella. Seguir el ejemplo de Cristo y volvernos más como Él es un proceso que implica asumir la responsabilidad de nuestras acciones, buscar y planificar maneras de contribuir a la felicidad de los demás y guardar nuestros compromisos, tanto para con Dios como para con los hombres.

Priorizar

Una vez que tenemos un plan, la siguiente clave es establecer prioridades. “Sin importar la naturaleza de sus desafíos, mirarlos con una perspectiva eterna les ayudará a entender cuáles son las prioridades correctas”, dijo la hermana Bingham. “Poner las cosas en perspectiva es una habilidad valiosa que nos permite progresar en medio de información o puntos de vista que a veces son confusos o conflictivos. Nos ayuda a entender lo que es importante y lo que no lo es”.

Cuando una persona tiene una perspectiva eterna, ese punto de vista se convierte en una herramienta para determinar su dirección, incluso cuando las señales mundanas puedan apuntar hacia el lado equivocado, dijo ella. “Una perspectiva eterna nos brinda un panorama más completo con base en verdades que no cambian con el tiempo”.

Una forma de ayudarnos a establecer prioridades es preguntarle a Dios: “¿De qué debería ocuparme?”, continuó la hermana Bingham. “Su respuesta, sin dudas, les dará instrucción. Tómense el tiempo de preguntar y meditar, descubran lo que es de mayor prioridad, y luego utilicen su tiempo de acuerdo con eso. El Señor ha prometido que cuando hacemos las cosas más importantes primero, las otras cosas se cumplirán en el momento y en el orden correcto”.

Debido a que Dios ama a Sus hijos, Él los ayudará a ver los errores que han cometido, y en ese punto, “podemos escoger cambiar y mejorar, y entonces realmente ser más felices de lo que seríamos si hubiéramos continuado por el camino original, el cual es más fácil pero más dañino”, dijo la hermana Bingham. 

Actuar con fe

Una vez que la planificación y las prioridades establecen la dirección de una persona en la senda hacia el progreso eterno, el siguiente paso es actuar con fe. “Puede que tengan dudas de seguir adelante, pensando que cometerán errores — y tienen razón, pero avanzar es la única manera de progresar”, dijo la hermana Bingham.

El progreso espiritual requiere que dediquemos tiempo y prestemos atención a los detalles, así como también requiere paciencia y persistencia, continuó ella. Incluso con la ayuda del Señor, todos cometeremos errores. No obstante, el Salvador está allí “para ayudarnos a aprender cómo ser mejores y actuar mejor. No tenemos que ser perfectos; lo que importa es nuestro esfuerzo. Nuestro Padre Celestial no espera que logremos la perfección en esta vida, pero sí espera que sigamos intentando”.

Con cada acto de fe y cada paso que demos hacia el Señor, nuestra perspectiva eterna se volverá más clara. 

Un coro de estudiantes canta durante un devocional con la hermana Jean B. Bingham, en el Marriott Center en el campus de BYU de Provo, Utah, el martes, 10 de diciembre de 2019.
Un coro de estudiantes canta durante un devocional con la hermana Jean B. Bingham, en el Marriott Center en el campus de BYU de Provo, Utah, el martes, 10 de diciembre de 2019. | Crédito: Captura de pantalla de BYUTV

“Tal como una simple lupa que enfoca las cosas utilizando la luz del sol, el evangelio de Jesucristo enfocará su vida con la luz del Hijo de Dios, nuestro Salvador y Redentor”, dijo la hermana Bingham. “Él mira a todas Sus creaciones a la luz del amor, sabiendo que el amor disipa las diferencias, suaviza la angustia, disminuye el dolor, levanta el ánimo y potencia el progreso”.

Para Carson Thompson, un estudiante de licenciatura de tercer año que estudia ciencias ambientales y asistió al devocional, el mensaje de la hermana Bingham le brindó un nuevo significado a la idea de una perspectiva eterna.

Fue interesante ver cómo la hermana Bingham demostraba diversas perspectivas con fotografías de vistas panorámicas de ciudades, así como vistas de primer plano de las calles, notó Thompson.

“Y lo que llamó mi atención fue que, de cierto modo, parece que la perspectiva eterna engloba todas esas perspectivas diferentes”, dijo él. “Así que, no es que la eterna sea la única perspectiva correcta por sobre las otras, sino que incorpora todas las perspectivas diferentes que cada persona pueda tener”.

En la vida cotidiana, es fácil quedar atrapado en el día a día y perder la visión de una perspectiva más amplia, dijo él, añadiendo que es importante estar “dispuesto a dar un paso atrás y ver el panorama completo y comprender que las pequeñas cosas no importan tanto como puede parecer”.

Para la estudiante de primer año de BYU Emily Lefler, el mensaje de la hermana Bingham fue un recordatorio importante de no desesperarse con cada pequeña decisión, como elegir una especialización y una futura trayectoria profesional.

“Definitivamente sentí que fue muy útil para mí de forma personal, porque todavía no estoy decidida, así que estoy intentando definir qué quiero hacer con mi vida”, dijo ella. “Recibir el recordatorio de tener una visión más global de a dónde me dirijo más allá de esta vida es consolador, porque sé que no todo depende de mi carrera — hay mucho más que eso”.

Lefler dijo que estaba agradecida por el recordatorio de ser paciente con el Señor, pero también ser persistente en trabajar para lograr sus metas.

Al final de su discurso, la hermana Bingham prometió que seguir las cinco claves para mantener una perspectiva eterna ayudaría a las personas a superar sus desafíos individuales en la vida y sentir una alegría indescriptible. Al hacerlo, dijo ella, “Serán guiados y bendecidos, elevados y fortalecidos para seguir la senda de los convenios que los llevará a convertirse en su mejor versión eterna”.

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