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Hermano Owen explica por qué los jóvenes adultos deberían interesarse en el nuevo programa para Niños y jóvenes

El hermano Stephen W. Owen, presidente general de los Hombres Jóvenes, saluda a los estudiantes luego de un devocional en BYU–Hawaii, el 5 de noviembre. Crédito: Monique Saenz, BYU–Hawaii
De izquierda a derecha, el presidente John S. Tanner, la hermana Susan W. Tanner, la hermana Jane Owen y el hermano Stephen W. Owen posan para una fotografía luego de un devocional en BYU–Hawaii, el 5 de noviembre. Crédito: Monique Saenz, BYU–Hawaii
El hermano Stephen W. Owen, presidente general de los Hombres Jóvenes, habló en un devocional en BYU–Hawaii, el 5 de noviembre, sobre los principios del nuevo programa para Niños y jóvenes. Crédito: Monique Saenz, BYU–Hawaii
El hermano Stephen W. Owen, presidente general de los Hombres Jóvenes, saluda a los estudiantes luego de un devocional en BYU–Hawaii, el 5 de noviembre. Crédito: Monique Saenz, BYU–Hawaii
El hermano Stephen W. Owen, presidente general de los Hombres Jóvenes, y su esposa, la hermana Jane Owen, posan para una fotografía junto a los estudiantes luego de un devocional en BYU–Hawaii, el 5 de noviembre. Crédito: Monique Saenz, BYU–Hawaii

Poco después de regresar de su misión, el hermano Stephen W. Owen, Presidente General de los Hombres Jóvenes, dijo que sintió la necesidad de recibir dirección para su vida.

Sabía que determinar cómo sería su futuro dependía de él. Al tratar de discernir la voluntad del Señor para él, el hermano Owen se puso algunas metas, con espíritu de oración, para establecer un balance en su vida.

“Ese fue un momento crucial para mí, y las metas que me puse ese día han sido una bendición durante toda mi vida”, les dijo el hermano Owen a los estudiantes de BYU–Hawaii. “Desde entonces, me ha sorprendido cuán consistente es esa experiencia con los principios que el Señor ha establecido como el fundamento de Su nuevo programa para Niños y jóvenes”.

El discurso del hermano Owen en el devocional en BYU–Hawaii, el jueves 5 de noviembre, se centró en cómo los principios detrás del nuevo programa para Niños y jóvenes no son simplemente para niños y jóvenes, sino que se pueden aplicar a todos, incluidos los jóvenes adultos.

Durante el video introductorio para niños y jóvenes que se mostró el 29 de septiembre en todo el mundo, el presidente Russell M. Nelson dijo que “el corazón” del nuevo programa se encuentra en Lucas 2:52: “Y Jesús crecía en sabiduría, y en estatura y en gracia para con Dios y los hombres”.

El hermano Stephen W. Owen, presidente general de los Hombres Jóvenes, habló en un devocional en BYU–Hawaii, el 5 de noviembre, sobre los principios del nuevo programa para Niños y jóvenes.
El hermano Stephen W. Owen, presidente general de los Hombres Jóvenes, habló en un devocional en BYU–Hawaii, el 5 de noviembre, sobre los principios del nuevo programa para Niños y jóvenes. | Crédito: Monique Saenz, BYU–Hawaii

Acerca de este versículo, el hermano Owen dijo: “Parece sugerir que Jesús, cuando era un hombre joven, creció en el aspecto intelectual (“en sabiduría”), físico (“en … estatura”), espiritual (“en gracia para con Dios”) y social (“en gracia para con … los hombres”)”.

Usando esta escritura, el hermano Owen compartió con los estudiantes de BYU–Hawaii lo que podría significar crecer en cada una de las cuatro áreas y crear una vida balanceada. “Su Padre Celestial desea que ustedes crezcan y progresen en todas estas áreas — todas son importantes para Él y tienen consecuencias eternas”, dijo él.

Sabiduría

A los ojos de Dios, crecer en sabiduría significa más que obtener buenas notas y un diploma universitario, dijo el hermano Owen.

El aprendizaje, tanto espiritual como secular, es esencial para aprender “todas las cosas que pertenecen al reino de Dios” con el objetivo de “estar preparados” y “magnificar el llamamiento … y la misión con la que os he comisionado” (Doctrina y Convenios 88:78-80).

La educación es parte del progreso espiritual eterno y nos lleva a tener oportunidades y ser autosuficientes, lo que “nos da la libertad para servir a otros y al Señor”, dijo él. Además, aquellos que procuran crecer de forma intelectual tendrán una ventaja en la vida venidera. 

“A medida que piensan en metas para crecer en sabiduría, los invito a considerar no solo su futura carrera, sino su futura contribución a la edificación del reino del Señor”, dijo el hermano Owen. “Pregúntenle a Él cómo pueden convertirse en un instrumento más eficaz en Sus manos”.

Estatura

Las verdades eternas del evangelio también arrojan luz sobre la importancia del crecimiento físico. Obtener un cuerpo es parte esencial del plan de felicidad de Dios para Sus hijos, para que puedan recibir todo lo que Él tiene. El cuerpo es un templo en donde el espíritu puede crecer y desarrollarse. 

Acerca de cuidar nuestra salud física, el hermano Owen dijo: “Nos ejercitamos y comemos bien, no porque queramos impresionar a otros con nuestra apariencia física, sino porque cuidar nuestros cuerpos es una expresión de amor y gratitud hacia Dios por este regalo maravilloso”.

“Atesoramos las experiencias que estamos teniendo en nuestros cuerpos físicos porque sabemos que tienen el propósito de refinar y disciplinar nuestros espíritus, y prepararnos para heredar cuerpos glorificados e inmortales como el de nuestro Padre Celestial”, continuó él.

Gracia para con Dios

Cuando no se cuida del cuerpo, este envía señales de alerta, como sentimientos de hambre o enfermedades. Pero las señales sobre la salud de nuestros espíritus son mucho más sutiles, explicó el hermano Owen. 

Como parte de un “chequeo espiritual regular”, consideren usar estas preguntas de las escrituras: “¿Habéis nacido espiritualmente de Dios? … ¿Qué más me falta? ¿Qué pensáis del Cristo? … ¿Me amas más que estos?”

Otro indicador sobre nuestra salud espiritual podría ser cómo aprovechamos las oportunidades de asistir al templo, a un devocional, servir en la Iglesia o ayudar a alguien que lo necesita. “¿Están ansiosos o reacios?”, preguntó el hermano Owen. 

El hermano Stephen W. Owen, presidente general de los Hombres Jóvenes, saluda a los estudiantes luego de un devocional en BYU–Hawaii, el 5 de noviembre.
El hermano Stephen W. Owen, presidente general de los Hombres Jóvenes, saluda a los estudiantes luego de un devocional en BYU–Hawaii, el 5 de noviembre. | Crédito: Monique Saenz, BYU–Hawaii

Busquen momentos de quietud y escuchen los susurros del Espíritu. “Apaguen el sonido del mundo, y procuren conectarse con el cielo”, dijo él. “Y luego dejen que el Señor les enseñe, a través del Espíritu Santo, lo que necesitan hacer para nutrir su espíritu”.

Aunque lleven una vida ocupada como estudiantes universitarios, dijo el hermano Owen, desarrollen estos hábitos espirituales ahora, no después.

“Si Jesucristo y Su Iglesia no pueden tener lugar en sus vidas ahora, será más difícil — y no más sencillo — encontrar ese lugar más tarde. … Entonces, cuando aparezcan la tragedia o la crisis, sabrán a dónde recurrir, y lo harán de forma rápida y automática, porque será un camino que habrán recorrido muchas veces en sus vidas”.

Gracia para con los hombres

El Señor también desea que Sus hijos crezcan en el ámbito social. En la era de los avances en tecnología y comunicación, es irónico que las personas parezcan tener problemas para vincularse con aquellos que más cerca están, señaló el hermano Owen.

“Podemos saber sobre los eventos actuales de prácticamente todo el mundo, pero ¿sabemos lo que está pasando en las vidas y en los corazones de nuestros vecinos de al lado?

“¿Debería sorprendernos que haya una plaga tan extendida de soledad, depresión y contención en el mundo, incluso cuando nos rodean dispositivos que nos brindan entretenimiento ilimitado, pero ninguna calidez?”, preguntó el hermano Owen. 

Nuestro Padre Celestial pone a Sus hijos en familias, comunidades y barrios para que no tengan que estar solos. Como enseñó el profeta José Smith, la amistad es un principio del evangelio que puede “revolucionar y civilizar el mundo”, y unir a la familia humana. 

“Algunos de nosotros somos, por naturaleza, más reservados, o independientes, o tímidos. Eso está bien”, dijo el hermano Owen.

De izquierda a derecha, el presidente John S. Tanner, la hermana Susan W. Tanner, la hermana Jane Owen y el hermano Stephen W. Owen posan para una fotografía luego de un devocional en BYU–Hawaii, el 5 de noviembre.
De izquierda a derecha, el presidente John S. Tanner, la hermana Susan W. Tanner, la hermana Jane Owen y el hermano Stephen W. Owen posan para una fotografía luego de un devocional en BYU–Hawaii, el 5 de noviembre. | Crédito: Monique Saenz, BYU–Hawaii

“No sé de ningún mandamiento que diga “Serás abierto y extrovertido”. Pero sí se nos manda amarnos unos a otros, servir a los necesitados y ser lo suficientemente humildes para aceptar la amistad de los demás. Todos podemos hacer eso, sin importar nuestra personalidad”.

Crear una vida balanceada

Si bien crecer en el aspecto intelectual, físico, espiritual y social es importante, la clave es el balance. Usando el ejemplo de un edificio, el hermano Owen ilustró el principio de que el crecimiento y el progreso deben ser balanceados para funcionar de forma adecuada.

“Por supuesto, lograr un balance perfecto el 100 porciento del tiempo no es posible — o siquiera deseable”, dijo él. Puede ser necesario hacer ajustes temporales para centrarnos en los estudios durante la semana de exámenes finales, dar atención a la salud física o nutrir una relación. 

No necesitamos dividir el tiempo en partes iguales entre las cuatro áreas para alcanzar el balance. El balance significa “crecer y progresar en cada área, según sus necesidades individuales”, dijo él. Estas cuatro áreas están interrelacionadas, por lo que fortalecer una fortalecerá las otras.

Procurar el consejo del Padre Celestial, así como hablar con los líderes, los miembros de la familia y los amigos de confianza, puede ayudarnos a saber cómo crecer de forma balanceada para volvernos más como el Salvador Jesucristo.

El hermano Owen cerró su discurso testificando de Jesucristo, el fundamento firme del cual los hijos de Dios no pueden caerse: “Es solo al seguirlo a Él que podemos convertirnos en todo aquello que nuestro Padre Celestial desea que nos convirtamos”.

“Su futuro es brillante; sus posibilidades no tienen límites. Su destino es eterno y divino. Testifico del amor de Dios por cada uno de ustedes, de forma individual, y Su deseo sincero de ayudarles a regresar a Él — puros, refinados, y listos para disfrutar de la vida eterna junto a Él”.

El 17 de noviembre, el hermano Owen se unirá al élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles; la hermana Bonnie H. Cordon, presidenta general de las Mujeres Jóvenes; y la hermana Joy D. Jones, presidenta general de la Primaria, para participar de un evento Cara a Cara con el objetivo de responder preguntas y brindar más detalles sobre el programa para niños y jóvenes. Este nuevo programa se implementará en enero de 2020 y reemplazará todos los programas de actividades y desarrollo de la Iglesia, incluidos el Progreso Personal, el escultismo y Mi deber a Dios.

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