Después de ser nombrada directora de la organización benéfica Latter-day Saint Charities en 2011, Sharon Eubank hizo un viaje a Nueva York. Como directora de la organización, y haber recibido solo meses antes, de parte del consejo económico y social de las Naciones Unidas, la posición oficial de consultora, ella estaba anhelante de compartir el asombroso trabajo que la organización estaba haciendo.
“Fui a algunas de las agencias de la ONU y a otros asociados y les di nuestro informe anual, y expliqué quiénes éramos y el alcance de lo que estábamos haciendo”, dijo la hermana Eubank, quien ahora sirve también como primera consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, al referir su viaje inicial a Nueva York como directora. “Pero una mujer me dijo: ‘no quiero parecer grosera, pero si esto fuera cierto, yo hubiera oído de usted’.”
Esa sencilla interacción ayudó a la hermana Eubank a darse cuenta de que, a fin de hacer el tipo de labor humanitaria multilateral y multinacional en el mundo, que se necesitaba y se deseaba de la organización, Latter-day Saint Charities debía hacer un mejor trabajo al presentar su labor a las personas. La organización también necesitaba ser más activa en participar en los fórums y conferencias que impulsan las redes y sociedades entre las organizaciones con intereses similares, incluyendo la ONU y sus colegas asociados.
Este año Latter-day Saint Charities mostró qué tan lejos ha llegado como una organización consultora acreditada de la ONU, cuando patrocinó su primer evento paralelo de la ONU en la sede de estas en Ginebra, Suiza. Un evento paralelo es una conferencia que convoca a partes interesadas para reunirse y analizar un determinado tema.
El evento paralelo fue también la primera conferencia a la que ha asistido en Ginebra el obispo Gerald Caussé, obispo presidente de la Iglesia, y se sintió muy impresionado por la buena reputación de Latter-day Saint Charities ahí.
“Estuve muy impresionado con la confianza y reconocimiento que nuestra gente tiene”, dijo. “Hubo mucho aprecio que fue expresado por otras organizaciones para Latter-day Saint Charities y la Iglesia.”
Al reunir a los asociados de todo el mundo — incluyendo diplomáticos y líderes de varios países, y a organizaciones similares como United Nations Children’s Fund (UNICEF), Catholic Relief Services, International Rescue Committee y la African Union — Latter-day Saint Charities patrocinó la conferencia enfocada en el tema de la colaboración para hacer avanzar la educación entre los grupos desplazados.
Cuando se trata de refugiados y grupos desplazados, solo las más básicas necesidades, como comida y refugio, pueden ser cubiertos por los fondos de emergencia de las agencias de la ONU, dijo la hermana Eubank a Church News. Por lo que, en su plataforma inaugural, Latter-day Saint Charities escogió enfocarse en la educación — un área actualmente carente de recursos.
“Quisimos resaltar la situación en que se encuentran muchas familias desplazadas”, dijo la hermana Eubank. “A menudo no pueden regresar a su casa, no siempre son bien aceptadas en los lugares donde están y, mientras tanto, con cada año que pasa, sus hijos no asisten a la escuela. Y eso crea un problema, no solo para esta generación, sino para la siguiente también. Así que quisimos llamar la atención para este tema y buscar remedios creativos para enfrentarlo.”
Edificando asociaciones colaborativas
Antes de la conferencia del evento paralelo, llevada a cabo el 17 de septiembre en el Palais des Nations de la ONU, Latter-day Saint Charities fue anfitriona de una recepción VIP en sus oficinas en Ginebra el 16 de septiembre. La recepción ofreció una oportunidad para más colaboración y asociación entre las organizaciones asistentes y los líderes.
“Hemos participado en muchas asociaciones en todo el mundo, y deseábamos enfatizar la importancia de unirse — y que cuando las personas de todas las denominaciones religiosas y orígenes se juntan y tratan de ayudar a los demás, podemos hacer cosas más allá de lo que podríamos hacer solos”, dijo el obispo Caussé. “Y pensamos que podríamos facilitar esa idea mediante el reunir a todos en una mesa. Todos tenemos las mismas metas. Queremos ayudar a otros y pensamos que podríamos ser un facilitador para eso.”
Obispo Caussé dijo que él espera que la recepción haya permitido a los invitados sentir el espíritu de la Iglesia y aprender más de su historia, de su propósito y de su labor caritativa.
“Fue un evento maravilloso y hubo un gran espíritu ahí”, dijo el obispo Caussé. “Y la hermana Eubank y yo tomamos esa oportunidad… para explicar un poco más acerca de la conexión entre Latter-day Saint Charities y la Iglesia.”
Ginebra es una de las capitales del mundo, dijo el obispo Caussé. Explicando por qué se decidió ser anfitrión de la conferencia ahí en esta época del año.
Casi todos los continentes estaban representados durante la conferencia, y eso “da mucha fuerza a nuestro mensaje, porque la gente entiende que somos una Iglesia mundial”, dijo. “Somos la Iglesia de Jesucristo; y consecuentemente no somos una iglesia estadounidense. Somos una iglesia que en realidad verdaderamente participa en el terreno mundial”
Septiembre es también un tiempo del año en que los que tienen que ver con los derechos humanos se reúnen en Ginebra, explicó la hermana Eubank; así que la conferencia fue una oportunidad perfecta para reunir a todos los colegas necesarios y en verdad agilizar el análisis colaborativo acerca de hacer avanzar la educación en los grupos desplazados.
“Esta conferencia fue realmente una de las primeras veces que hemos reunido a esos diferentes sectores para hablar acerca de cómo podemos cooperar mejor”, dijo ella. “Todos estamos haciendo realmente un buen trabajo en nuestro propio sector, pero queríamos saber que podíamos hacer si cooperáramos juntos.”
Una urgencia por la educación
Durante las reuniones formales de la conferencia del siguiente día, el obispo Caussé ofreció la primera idea básica enfocándose en la importancia de la colaboración entre los diferentes tipos de organizaciones y líderes que asistieron.
Compartiendo información de un reciente informe de UNHCR (Alto comisionado para los refugiados de la ONU, por sus siglas en inglés), el obispo Caussé explicó que solo el 61% de los niños refugiados asisten a la escuela primaria; y aún menos, cerca del 23%, asisten a la escuela secundaria. Cuando se comparan los índices mundiales del 92% y 84% de los niños que pueden asistir a la primaria y la secundaria, respectivamente, la gran brecha de educación entre los grupos de refugiados crea un abismo de ramificaciones en curso para las generaciones venideras, explicó el obispo Causse.
“Estos datos presentan un abrumador desafío que solamente puede ser enfrentado de manera real si trabajamos juntos”, dijo. “Todos estamos aquí para unir fuerzas en ayudar a la gente a tener esperanza en sus vidas.”
Por ejemplo, en el campamento de refugiados Bidi Bidi de Uganda, el obispo Caussé dijo que cada una de las organizaciones involucradas — desde líderes gubernamentales hasta las ONGs (organizaciones no gubernamentales) y las organizaciones religiosas — trabajaron unidas para hacer diferentes, pero colaborativos, papeles para asegurar el acceso a la educación, y a los recursos de ella, para los niños desplazados en el área.
Tales colaboraciones pueden “hacer mucho para sanar las almas, ya que ayudan a edificar, o a redificar, el núcleo de identidad de las personas por medio del propósito, decisiones propias, amigos y la fe”, dijo el obispo Caussé al concluir su discurso. Si dicho trabajo continúa, las organizaciones deben trabajar en forma diferente de colaboración para alcanzar nuestra meta de un mundo en donde la educación sea accesible a todas las personas, sin importar su situación”, agregó.
Después del discurso del obispo Caussé, los representantes de African Union y del International Rescue Committee también discursaron para una audiencia de cerca de 75 representantes. Después se tuvo un panel de análisis que se enfocó en cómo mejorar la colaboración para enfrentar las necesidades de educación de los grupos desplazados.
Para la hermana Eubank, uno de los grandes resultados de la conferencia fue el incremento en la conciencia de la urgencia alrededor de los problemas de la educación para los refugiados.
“Esto no es algo en lo que podamos trabajar por los próximos 30 años y esperar que se resuelva”, dijo ella. “Si no hacemos algo ahora mismo para rescatar a esta generación atrapada… perderemos la oportunidad y eso tendrá repercusiones sin fin en la sociedad. Así que esta es la oportunidad.”
Mirando hacia el futuro
Cuando se trata de trabajo humanitario multilateral, las organizaciones deben trabajar con la ONU. Esas simplemente son las únicas organizaciones que pueden en forma efectiva coordinar el trabajo multilateral, explicó la hermana Eubank.
La conferencia patrocinada por los Santos de los Últimos Días fue una gran oportunidad para resaltar las duraderas relaciones que Latter-day Saint Charities tiene con las diferentes agencias de la ONU y sus organizaciones afines, y eso permitirá un trabajo continuado y colaboración en algunos de los temas y problemas más importantes para Latter-day Saint Charities y la Iglesia, dijo.
“El trabajo que queremos hacer es muy grande para hacerlo por nosotros mismos. Tenemos que colaborar con asociados y dejar que cada organización realmente afirme sus fuerzas específicas”, dijo la hermana Eubank.
Obispo Caussé agregó: “Creo que es solo el principio de lo que queremos hacer. Queremos que el mundo reconozca la buena influencia que los Santos de los Últimos Días pueden tener en la ayuda a los necesitados. No queremos solamente ser conocidos, sino también apreciados como personas de confianza y de grandes valores. Así que espero y confío en que tengamos otras conferencias de este tipo en muchas diferentes áreas del mundo.”