El presidente Milan F. Kunz y su esposa, la hermana Leslie Kunz, pronto servirán como presidente y directora del Templo de Philadelphia Pennsylvania, el mismo templo en donde, como setenta de área, él dirigió la casa abierta y el comité de la dedicación, previo a que el templo fuera dedicado en el año 2016.
Por su parte, el presidente Pierre F. Bize y la hermana Brigitte D. Bize, ocuparán posiciones similares en el Templo de París Francia, donde habían asistido este año — antes de recibir sus llamamientos — durante unas vacaciones en su tierra natal, en las que se reconectaron en reuniones celestiales con viejos amigos que no habían visto durante varias décadas.
Los Kunze y los Bize son parte de las 63 parejas de presidentes y directoras de templo llamados recientemente, que vinieron desde los cuatro extremos de la tierra y de todos los ámbitos de la vida — cada uno con su propia historia sobre las experiencias del templo y la importancia del templo — para reunirse en el Seminario de Liderazgo del Templo de 2019.
Los convenios, ordenanzas, bendiciones y poderes selladores del templo están aún más grabados en sus corazones y sus mentes, ya que las parejas recibieron enseñanzas por parte del presidente Russell M. Nelson, sus consejeros en la Primera Presidencia, y miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles durante las sesiones de capacitación del seminario.
“Para nosotros, es importante saber que las familias son eternas”, dijo la hermana Kanisia R. Bahn, la recientemente llamada directora del Templo de Suva Fiji.
Su esposo, el presidente S. Anil Bhan, nuevo presidente del Templo de Suva, añadió: “La puerta del templo es la entrada hacia el cielo. Y estoy de acuerdo en que estamos unidos con nuestros antepasados, con nuestros hijos y nuestra descendencia futura”.
El seminario de este año se llevó a cabo del 15 al 17 de octubre bajo la dirección del presidente Russell M. Nelson, y los miembros de la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles brindaron instrucción importante. Otras autoridades y oficiales generales, así como miembros de los departamentos de Templo e Historia Familiar, también brindaron capacitaciones.
“Esta semana es una oportunidad que tenemos de aprender nuestros deberes y nuestras prioridades, de aprender sobre los convenios del templo y las oportunidades especiales para los miembros que vienen y entran en esos convenios por ellos mismos. Es una oportunidad de aprender lo que significa para ellos individualmente y para sus familias, para la Iglesia y para la comunidad”, dijo el presidente Kunz.
Además de la capacitación e instrucción, las parejas recibieron tranquilidad y aliento amoroso.
“Es un proceso interesante recibir este tipo de llamamiento que uno no espera, o para el que uno no se ofrece voluntariamente”, dijo la hermana Bize. “Pasas por varias etapas y pensamientos — lo que sentimos ahora es agradecimiento por haber sido elegidos para hacer la obra, y sentimos que tenemos mucho que aprender. Esperamos poder estar a la altura de esta tarea”.
Ella dijo que habló con el élder David A. Bednar — el miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles que dirige el Consejo Ejecutivo del Templo e Historia Familiar — sobre su sentimiento de insuficiencia para enfrentar su nuevo llamamiento.
“Él dijo que sentirse inadecuado o sentir que hay cosas que no sabes es, en realidad, algo bueno”, dijo ella. “Así que eso me da paz — de saber que en realidad no sé todo lo que necesito, por lo tanto, debo confiar en el Espíritu”.
La hermana Kunz tiene un sentimiento similar. “Solo quiero sentir al Espíritu diciéndome que puedo hacer esto, y dándome seguridad”, dijo ella. “Quiero sentir el Espíritu del Señor, sentir que puedo hacerlo y que Él está allí a mi lado. Eso es todo lo que necesito”.
Asignaciones globales
Las 63 parejas de presidentes y directoras de templo llamados recientemente comenzarán sus asignaciones, de tres años de duración, el 1 de noviembre, a lo largo de seis continentes.
El año pasado, participaron 69 parejas en la reunión más grande de la historia para el seminario anual de capacitación.
Las sesiones y eventos del seminario se llevan a cabo en el Templo de Salt Lake, así como en ubicaciones cercanas a los cuarteles generales de la Iglesia, como el Joseph Smith Memorial Building (Edificio Conmemorativo de José Smith), el edificio de las Oficinas de la Iglesia, el Centro de Conferencias y el Tabernáculo de la Manzana del Templo.
Las 63 parejas de este año servirán en todo el mundo, desde Aba, Nigeria, hasta Winter Quarters, Nebraska.
Casi la mitad — 29 de ellas, para ser exactos — servirán en los Estados Unidos, con tres de ellos en templos de Canadá. Siete han sido llamados a presidir en México, y 11 parejas más lo harán en América Central y del Sur, y en el Caribe.
Para terminar con las asignaciones a lo largo de todo el mundo, tenemos cuatro parejas que servirán en Europa, dos en África, tres en Asia y cuatro en Australia y las Islas del Pacífico Sur.
Dos de las 63 parejas se están preparando para servir en templos que aún no se han dedicado — el presidente Ramiro Antelo y la hermana Elvira Avalos Antelo, en el Templo de Arequipa Perú, y el presidente Pedro J.C. Penha y la hermana Sonia Tepedino Penha, en el Templo de Río de Janeiro Brasil.
Aprender del Espíritu
El élder Bednar enseñó que lo que es aún más importante que lo que dicen los oradores es lo que se enseña y recibe por el Espíritu Santo.
El presidente Bhan dijo que durante el seminario recibió dirección que tocó su corazón. Él planea compartir eso “con nuestros hermanos y hermanas, para que se sientan motivados a utilizar los templos más seguido en este período de tiempo”.
La hermana Bahn dijo que lo que le llamó la atención provino de “las palabras del profeta — cuando dijo que somos llamados por profecía y revelación”.
Luego, continuó hablando sobre las enseñanzas que recibió directamente del presidente Nelson: “Para mí, es algo grandioso, porque a veces nos sentimos menos, y nos olvidamos de que el Señor conoce el corazón. Así que, para mí, saber que el Señor nos conoce a cada uno de nosotros es una gran lección”.
“El Señor conoce el corazón”
El presidente Bize dijo que, a lo largo de todo el seminario, “comencé a sentir que me estoy convirtiendo en un presidente de templo”, apartándose de su mente misional de muchos años, proveniente de crecer y servir en llamamientos de la Iglesia en Francia, luego como obispo en San Francisco, y luego como presidente de misión en Tahiti.
“Me sentía como un pez en una pecera — en mi pequeño y propio espacio — y ahora parece que me sacaron de esa pecera y me pusieron en un lugar diferente”, dijo él sobre el nuevo llamamiento. “Estoy comenzando a entender mejor el llamamiento de presidente del templo — es un enfoque diferente, una mentalidad diferente, donde necesito ser aún más amable, más amoroso, y más extrovertido”.
Para la hermana Kunz, el templo se sigue centrando en el amor. “Se trata del amor, de asegurarse de que todos sientan el Espíritu del Señor tan pronto como entren al templo”, dijo ella.
El presidente Kunz añadió: “La doctrina y el evangelio de Jesucristo es el amor, y eso es lo que las personas deben sentir cuando vengan al templo — el amor de Jesús”.
Los convenios del templo, que llevamos a cabo en las ordenanzas del templo, son representativos de ese amor divino. “Dios no ha cambiado el convenio que Él ha establecido — se lleva a cabo bajo Sus términos, nosotros entramos en él, y a medida que guardamos esos convenios, tenemos todas las bendiciones disponibles de parte de nuestro amoroso Padre Celestial y el Señor Jesucristo”.
Otra impresión fue entender la cantidad de santos de los últimos días de todo el mundo que asistirán al templo por primera vez cada año — incluidos los miles de niños de 11 años, nuevos conversos y nuevos misioneros.
“Existe un énfasis y un enfoque en aquellas personas que vienen por primera vez y en asegurarnos de que tengan una experiencia maravillosa, así como también aquellos que vuelven al templo”, dijo el presidente Kunz.
“Tenemos que ser sensibles a las necesidades de cada participante, sensibles al Espíritu para ser guiados a saber lo que debemos decir y hacer para ayudar al participante a tener una experiencia edificante y elevadora en el templo”.