Para Howard Wimberly, de Greenwood, Florida, ser amigo de Albert Lane, un veterano de la II Guerra Mundial de 97 años, le ha enseñado una cosa: Nunca es demasiado tarde para venir a Cristo.
Nacido en Lansing, Michigan, en 1922, Lane ha vivido una vida emocionante para un granjero de Michigan. Cuando tenía 19 años, se unió al Cuerpo Aéreo del Ejército de los Estados Unidos. Durante la II Guerra Mundial, Lane voló un bombardero B17 durante 25 misiones de bombardeo a Berlín. En una de ellas, casi fue derribado por un avión alemán, pero los famosos aviadores de Tuskegee lo rescataron a último momento y lo ayudaron a realizar un aterrizaje seguro.
Luego de volver a casa después de la guerra y casarse con su novia de mucho tiempo, Dolores (a quien él cariñosamente llamaba Laurie), Lane consiguió un empleo en General Motors. Allí, ayudó en el desarrollo del Corvette, y contribuyó a iniciar la incorporación de radios y aire acondicionado para las camionetas. Cuando él se retiró, la pareja se mudó a Florida.
Aunque su familia nunca había sido particularmente religiosa, y él nunca había asistido mucho a la iglesia, incluso durante sus últimos años, Lane dijo que siempre supo que Cristo era su Salvador y que se esforzaba por seguir Su ejemplo.
“Aprendí sobre Dios aproximadamente a los 15 años”, dijo Lane. Y si hay una cosa del evangelio de Cristo que él siempre ha comprendido, es el principio del amor.
“A.M.O.R.”, dijo él, deletreándolo. “Amar a tu prójimo — a tus semejantes — es la clave.”
Quizás el entendimiento de Lane sobre ese principio es la razón por la cual, un año después de mudarse a un nuevo vecindario en Greenwood, buscó solaz en la bondad de sus vecinos luego del fallecimiento de su amada esposa, con quien estuvo casado durante 63 años.
Aunque todavía era nuevo en la comunidad, y Lane dijo que apenas conocía a nadie, su vecina Phyllis Bowman, que vivía justo en la misma manzana, comenzó a invitarlo a cenar a su casa cada semana. Para Bowman, invitar a Lane simplemente era lo que debía hacer como vecina. Para Lane, visitar a los Bowman era parte de su afán de conocer gente.
Bowman y Lane se llevaron bien, y no pasó mucho tiempo antes de que ambos se consideraran mejores amigos.
Bowman incluso le prometió a Lane que, siempre que él pudiera levantarse de la cama y usar el baño por sí mismo, ella lo ayudaría a asegurarse de poder seguir viviendo en su propio hogar.
“Y tenemos un maravilloso grupo de personas que vienen y lo ayudan”, dijo Bowman. “Él es un gran incentivo para todos nosotros.”
Fue a través de Bowman, una miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que Lane conoció por primera vez a las misioneras. Debido a que sus conversaciones con Lane a menudo se centraban en el tema de la religión, y ya que ella invitaba a las misioneras a cenar dos veces al mes, comenzó a invitar a Lane a reunirse con ellas.
“El señor Lane comenzó a venir, disfrutar de su compañía, escuchar nuestras conversaciones y participar”, dijo Bowman. “Y cuando comenzó a interesarse en aprender más sobre la Iglesia, nos organizamos para que los élderes fueran a su hogar y tuvieran lecciones con él allí.”
Aunque Lane mostró gran interés por aprender sobre la Iglesia y reunirse con los misioneros, él admite que pasó por varios compañerismos de misioneros antes de realmente aceptar una invitación a bautizarse.
“Al comienzo de las charlas … él era un poco cauteloso porque creía que, si se unía a la Iglesia, quizás dejaría atrás a su esposa y su familia, debido a que ellos tampoco eran miembros”, explicó Bowman. “Entonces, los misioneros le explicaron que podían sellarse unos a otros en el templo y vivir juntos por toda la eternidad. Así que, creo que luego de que entendió ese concepto, lo pensó y oró acerca de ello, lo ayudó a tomar la decisión de bautizarse y trabajar para sellarse a su esposa y a su familia.”
Lane se bautizó a los 96 años, el 10 de marzo de 2019, casi tres años luego de reunirse con las misioneras por primera vez, dijo Bowman. Y ahora, está trabajando mucho para hacer la obra de historia familiar y preparar los nombres de su familia para llevarlos al templo.
Para Wimberly, que conoció a Lane cerca del momento en que comenzó a reunirse con los misioneros, la dedicación de Lane al evangelio y a la historia familiar desde que se bautizó ha sido un gran ejemplo de cómo aprovechar el tiempo que se tiene.
Lane ha enviado los nombres de sus familiares de hace cientos de años para que se pueda hacer su obra del templo, explicó Wimberly. “Y está muy interesado en sellarse a su esposa para siempre, así que estamos trabajando en eso, … y él está esperando con paciencia.”
Los jóvenes de su barrio llevarán el nombre de su esposa al templo este mes, dijo Bowman. Una vez que se haga el bautismo, Bowman espera acompañar a Lane en su primer viaje al Templo de Birmingham Alabama, cerca del día de acción de gracias, para que pueda sellarse finalmente a su esposa.
“Sigue siendo valiente”, dijo Wimberly. “Lo conozco desde hace ya varios años y la cosa que más me llama la atención es … que, a pesar de tener muchas dificultades debido a su edad, es tan fiel como puede en lo que respecta a asistir a la Iglesia, así que nosotros no deberíamos tener excusas.”
Y añadió: “Lo considero mi ejemplo.”